Page 253 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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La Tercera eTapa 247
que haber una autocrucifixión para que pueda venir una resurrección. Tenemos que morir a
nuestros propios pensamientos, morir a nuestros propios caminos, morir a todo lo que nos
rodea, pasar por las pruebas y tribulaciones, para que podamos ver una nueva resurrección,
una nueva Vida. Antes de que un pecador pueda llegar a ser un cristiano, tiene que venir una
muerte, y luego una resurrección.
62 Antes de que Abraham pudiera ver a Elohim, tuvieron que pasar veinticinco años de
pruebas. Antes de que los jóvenes hebreos pudieran ver al Hijo de Dios, tuvieron que entrar
en un horno de fuego. Antes de que Daniel pudiera ver a un Ángel, tuvo que ir al foso de los
leones. Antes de que Job pudiera ver la resurrección, tuvo que entrar y perder todo lo que tenía;
pero luego, por una visión, ¡lo vio!
63 Y si Job, mediante una visión, pudo apoyarse tan firmemente en una promesa, cuánto
más deberíamos hacerlo nosotros, después de que Cristo ha resucitado de entre los muertos
y se ha convertido en las Primicias de los que durmieron, y ha enviado de nuevo el Espíritu
Santo como Sello de la promesa, sobre nosotros, de que también viviremos. “¡Porque yo vivo,
vosotros también viviréis!”. Viendo Su gran presencia entre nosotros obrando, haciendo las
mismas señales y maravillas que hizo en la Tierra, dándonos la esperanza. ¿Y llegamos a la
resurrección, y luego nos quedamos en nuestros montones de ceniza? Salgamos del montón de
cenizas hoy, con una nueva visión, con un nuevo poder, con una nueva determinación de que
veremos a Dios en Su poder. Vemos la resurrección de las cosas viniendo.
ID, DECID
17 de abril de 1960 [60-0417M]
Jeffersonville, Indiana, Estados Unidos
Rev. William Marrion Branham
[Párr. 136 incluido en Citas, pág. 34, párr. 289]
[Párrs. 154-155 incluidos en Citas, pág. 34, párr. 290]
[Párr. 188 incluido en Citas, pág. 35, párr. 291]
[Párrs. 211-213 incluidos en Citas, pág. 35, párr. 291]
136 Es duro en este momento. Las visiones se están abriendo por todo el edificio, ¿ven? Sí,
estoy tratando de dejar que esto sea una resurrección, un poco más alto, un poco más alto del
montón de cenizas en el que me he sentado. Quiero un poco más de revelación. Yo sé una cosa:
mientras me aferre a ese primer ministerio, el segundo no vendrá, no vino. Ahora mientras me
aferre al segundo, el tercero no vendrá, ¿ven? Tengo que dar un paso adelante, dar un paso
adelante y creerlo: “¡Dios lo dijo!”. Hace unos días…
137 Ahora ya pueden levantar la cabeza si así lo desean. Yo he visto vuestras manos; Dios
las ha visto.
138 Quiero decirles una cosita. El hermano Ed Daulton, creo que acaba de entrar por la
puerta, buen hermano bautista, él y su esposa. El hermano Jeffries está por aquí. Othel Jeffries.
Y él está aquí, sé que está aquí en alguna parte. De todas formas, los hermanos habían preparado
una reunión para que yo fuera, en Kentucky. Hermanos, preciosos hermanos que aman su
vecindario y su gente. Ellos consiguieron auditorios y edificios de armería y cosas; sólo para
el servicio de una noche ellos habían alquilado edificios de armería. El pequeño J. T. Hoover,
alguna vez lo que su… L. G. Hoover había preparado uno en Elizabethtown. Y el hermano
Ed Daulton en Willow Shade o Somerset, Somerset. Y el hermano, el otro hermano estaba por