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252 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

                   184  Dije: “ASÍ DICE EL SEÑOR, los tienes”.
                   185  Y aquí están, bautizados en la fe. Ellos me lo contaron la otra noche. Incluso ese niño
               pequeño lavando sus pies allí, poniendo sus manos sobre la cabeza del hermano Neville, y
               orando por él cuando estaba lavando sus pies.
                   186  Los dos niños pequeños probablemente están sentados aquí en la reunión en alguna
               parte en esta mañana. ¿Están, Hattie, están aquí con usted? [La hermana Hattie dice: “Están
               allí atrás”. –Ed.] Atrás, atrás. ¿Dónde están, muchachos? Levanten las manos. ¿Dónde están
               los dos muchachos? Ahí están, de pie en la parte de atrás. Que Dios los bendiga. Muy bien. Ahí
               están.
                   187  Ahora, ¿qué pasó? Lo mismo, no importa, ella habría pasado… lo que ella hubiera
               pedido, ella podría haberlo tenido, ella podría haberlo conseguido.
                   188  Ahora estoy deseando que eso ocurra. Va a ser la actitud de la gente hacia el Mensaje.
               ¿Ven cómo ella lo dijo? Ella dijo lo correcto. Es lo que usted dice lo que lo hace. Lo que usted
               dice.
                   (…)  211  Y les digo que el Espíritu Santo me dijo acerca de ese ministerio que viene, durante
               los últimos dos o tres años, y he estado diciéndole a las iglesias en todas partes. Y el Dios
               Todopoderoso siendo mi Juez: justo aquí arriba de este lado de Salem esas ardillas vinieron a
               existencia en donde no hay ardillas. Justo allí abajo con Charlie, de pie allí atrás, y muchos de
               ellos aquí abajo en Kentucky; las ardillas vinieron directamente a los lugares donde no estaban,
               donde se les dijo que estarían. Allí donde Tony y ellos, Banks, estaban sentados. Y allí estaban,
               exactamente. Al regresar, el primer ser humano sobre el que se habló fue esa mujer sentada
               ahí, y ahí está. La otra mañana allá arriba, cuando yo estaba enfermo con esa condición de
               la garganta, yo vi a Jesús de pie delante de mí, y Él me dijo que el ministerio ya se me había
               confirmado.
                   212  Ahora, ¿qué es lo que va a suceder? Yo no lo sé. Pero una cosa sí sé, y es que tengo que
               poner a un lado el otro, para poder entrar en este. Es de la única manera que sé. Que se sepa
               hoy. Que esto sea grabado (como Job dijo en esta mañana) con una pluma de acero en una
               roca . Yo no sé qué hacer. La única cosa que sé es sólo dar un paso hacia adelante. Él me lo
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               dijo, y Dios es mi Juez; Él me lo dijo. Yo les he dicho la Verdad. Y si Dios lo ha confirmado y
               lo ha dicho, no ha habido una sola ocasión en la que alguien aquí pueda poner sus manos en
               algo que haya estado errado. Entonces, esto también está correcto. También está correcto.
                   213  Ahora, cuando me pare aquí al final de la fila (voy a pedirle al anciano, al hermano
               Neville, un hombre santo, nuestro pastor aquí, que unja a la gente), voy a poner mis manos
               sobre la gente; porque la comisión que Jesús dio después de la Pascua fue: “Sobre los enfermos
               pondrán sus manos, y sanarán”.
                   214  No sé lo que Él me vaya a decir cuando esté orando en la fila. Voy a tratar de sentir esa
               súper unción. No sé lo que tendrá lugar. No lo sé. Sea lo que sea, haré exactamente como Él
               me diga.










               3   Job 19:23-24
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