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254 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               ¡Solamente, “shuish”, y desaparece! Lo muerde a uno en la cara, por lo regular. Se levanta alto
               y muerde duro. Y, cuando lo muerde a uno, uno sólo tiene unos cuantos respiros hasta que uno
               está acabado. Se vuelve muy… No sólo paraliza, entra en el torrente sanguíneo, llega a los
               nervios, todo, uno simplemente muere en unos cuantos segundos. Esos muchachos nativos y
               muchachos cargadores, uno puede decir: “Mamba”, y ellos se darán un tope con sus cabezas,
               gritarán, porque es–es muerte en tan sólo unos cuantos segundos, ¿ven?, cuando una lo muerde
               a uno.
                   64  Y aquí estaba ella, en la autopista. Yo pensé: “Bueno, hasta aquí llegué”. Así que la miré,
               y me miró a mí enojada, y sacó su lengua, y aquí venía. Pero cuando llegó muy cerca de mí…
               Ella se acercaba rápidamente, y luego se ponía más lenta y más lenta, y sólo temblaba y se
               detenía; y luego algo la mantenía a distancia: no me podía morder. Y daba vuelta por el otro
               lado, y trataba de acercarse de este lado. Y ella retrocedía y agarraba un impulso, y se meneaba
               directamente hacia mí, se ponía más lenta y más lenta y más lenta, y entonces se detenía; y
               luego se estremecía así y retrocedía. No podía morderme.
                   65  Luego ella se dio vuelta y miró a mi amigo, y se fue persiguiendo a mi amigo. Y vi a mi
               amigo saltando alto en el aire, y por encima de ella y por encima de ella y por encima de ella,
               tratando…; y la cosa lo estaba atacando. Yo pensé: “Oh, si lo muerde alguna vez, será muerte
               instantánea. Con razón todos están tan asustados; porque cuando esta cosa lo muerde a uno es
               una muerte instantánea”. Y–y simplemente lo estaba atacando así. Y levanté mis manos, dije:
               “¡Oh Dios, ten misericordia de mi hermano!”. Yo dije: “Si esa serpiente lo muerde alguna vez,
               lo matará”.
                   66  Y en ese mismo momento la serpiente se dio vuelta hacia mí cuando dije eso, y me miró
               de nuevo. Y una voz vino de arriba de mí, y dijo: “Se te ha dado poder para atarla, la peor, o
               cualquiera”.
                   Y dije: “Bueno, Dios, ¿qué debo de hacer?”.
                   67  Él dijo: “Hay una cosa que debes hacer: debes ser más sincero”. ¿Ven? “Debes ser más
               sincero”.
                   68   Yo dije:  “Bueno, Dios, perdóname por mi falta de sinceridad, y permíteme  tener
               sinceridad”. Y cuando levanté mis manos hacia Él otra vez, hubo Algo grande que vino sobre
               mí; simplemente me levantó, parecía como que todo mi cuerpo fue cargado con Algo.
                   69  Y miré a la serpiente. Y entonces ella arrancó hacia mí, y no lo pudo hacer, todavía. Y
               dije: “Satanás, en el Nombre del Señor Jesucristo, yo te ato”. Y la serpiente, un humo azul
               salió de ella, y ella se enrolló e hizo ese símbolo como una S, S mayúscula hecha al revés, un
               símbolo de “y”: &. Y significa “ata a esta o cualquier cosa bajo ella”, porque ella era la peor.
               Humo azul salió de ella, y con su cola se estranguló ella misma alrededor de su cabeza, hasta
               morir, cuando formó esta S al revés, ese símbolo de & (como una conjunción, ¿ven ustedes?);
               la ahogó hasta matarla. Y el hermano fue librado.
                   70  Y fui ahí y la machaqué. Yo dije: “Ahora, tengo que averiguar acerca de esto, porque es
               visión”. Y yo golpeé la–la cosa, y se convirtió así, parecía como una asa, en una asa de vidrio
               en un jarro; y simplemente la hizo cristal sólido. Y dije: “Piensa en eso, ¡cuán rápido! Ese
               humo azul era vida. Y todo la había dejado, todos los elementos, y se convirtió en vidrio”.
                   71  Y en ese momento una Voz vino de nuevo, y dijo: “Tú puedes desatarla también”.
                   72  Así que dije: “Entonces, Satanás, para que yo pueda saber, te desato”. Y cuando lo hizo,
               ella comenzó a volver a vida de nuevo, meneándose. Y yo dije: “Yo te ato de nuevo, en el
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