Page 300 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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294 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia
Norman? No sé si están aquí, o no, el hermano y la hermana Norman, de Tucson. Ella fue la
que… creo que no pueden venir todas las noches, así que estará aquí mañana por la noche,
supongo. ¿Hay un hermano, el hermano de la hermana Norman aquí? Creo que ha venido.
¿Está aquí? Hay… La familia, ¿hay alguien de la familia aquí, los Norm…? Oh, sí, claro. Ahí
están, en la parte de atrás. Sí. Muy bien. Se llevó a mi esposa.
125 Ahora bien, la mañana que me fui, en nuestra casa siempre teníamos que levantarnos,
y cuando íbamos a orar - cuando nos íbamos, tomábamos a los niños y todos nosotros, nos
colocábamos alrededor de la imagen de Jesús, en nuestra sala principal, “El Rostro de Cristo
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a los Treinta y Tres”, de Hofmann . Y nos reuníamos todos allí, los niños, y cada uno de ellos
oraba por mí. La esposa oraba por mí, y luego yo oraba por ella. Luego me iría al extranjero,
donde sea. Y nos encomendamos al Señor para Su servicio.
126 Ustedes saben, yo perdí una esposa una vez, cuando era un muchacho, la madre de Billy.
Y yo había estado allí en la casa durante dos o tres días, y, ya saben, los niños y todo el mundo
allí, y todo el mundo se fue entonces. Fue muy solitario. Me trajo todos esos recuerdos.
127 Y esa mañana, temprano, me levanté, y Billy y Loyce me estaban esperando. Y me
arrodillé, y tiré de este pequeño y viejo taburete, pequeña otomana. Me arrodillé, miré hacia
arriba, y dije: “¡Oh, cómo los extraño!”. Dije: “Padre celestial, ahora estoy en camino a
Shreveport. Te ruego que me ayudes allí. Y bendíceme, dame almas, Señor, para Tu Reino.
Úsame de cualquier manera que desees. Estoy en Tus manos”. Dije: “Al otro lado del desierto
está mi pequeña y fiel esposa, esperando esta mañana. Ella está subiendo allí para prepararse
para esa operación”. Dije: “Señor, le dije anoche: ‘Pídele al doctor que lo posponga hasta
después de Navidad’. ¿He hecho mal? ¿Se volvería eso maligno? Si yo hiciera eso, y le pidiera
a ella que le rogara a ese doctor que ‘postergue’; y durante ese tiempo se volviera maligno, y
la perdiera; nunca me perdonaría por eso”.
128 Dije: “Señor, he hablado contigo ahora durante estos dos años…, sí, dieciséis años, pero
(dije) los dos últimos años desde que eso ocurrió”. Dije: “Padre, ella nunca ha dejado de ser
una verdadera esposa para mí. Cuando me preparo para ir a los servicios nunca se ha quejado,
ni una sola vez. Siempre tiene mi ropa limpia, y mis camisas lavadas, y todo, y tiene todo listo
para mí. Y luego cuando llego a casa estoy tan cansado, no puedo… Y es… normalmente,
una mujer querría que su marido estuviera con ella. Y llego, la gente se agolpa, ¿qué hago?
Salir de caza o de pesca. ¿Alguna vez se quejó? Ni una sola vez. Va a preparar mi ropa, y
me deja seguir: ‘Está bien’. La pobrecita, de 44 años, con la cabeza blanca como la nieve,
interponiéndose entre el público y yo”. Dije: “Dios, ella no quiso decir eso esa mañana. No lo
decía en serio, Padre. Sus acciones demuestran que no era su intención. Sólo estaba nerviosa”.
129 ¡Así que fue la quinta vez en que fue hecho! Desde las ardillas; y luego hasta Kentucky;
luego los niños Wright allá; luego esa tormenta en la montaña (lo cual no tengo tiempo de
contarles esta noche); y esta vez, ¡igual de cierto! Ahí viene esa Luz, suspendida allí abajo, y
dijo: “Levántate sobre tus pies”. Y me levanté. Dijo: “Lo que digas, así será”.
130 Dije: “La mano de Dios disolverá el tumor antes de que la mano del médico pueda
tocarlo”.
131 La Sra. Norman vendrá mañana por la noche. Nunca la llamé, fue justo… Billy y Loyce
me estaban esperando. Fuimos a Shreveport y nos pusimos al teléfono para llamarla cuando
llegamos.
11 Reconocida pintura extraída del original “Cristo y el joven rico” de Heinrich Hofmann (1889).