Page 299 - La introduccion de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia.indb
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La Tercera eTapa 293
le dijo a esta otra doctora acerca de eso.
110 Y la llevé hasta allá. Y ellos la examinaron, y entonces dibujaron un diagrama de eso;
dibujaron un diagrama y–y de qué, qué tamaño era. Dijo: “Tráigala de vuelta en unos treinta
días”.
111 En treinta días la traje de vuelta, y cambió de una nuez a un limón, así de rápido. Y todos
esos años había estado así.
112 Entonces el Señor me habló y me envió de nuevo, y regresé aquí.
113 Entonces cuando regresamos en nuestras otras vacaciones, ellos tomaron otra radiografía
de eso, y era del tamaño de una naranja. Él dijo: “Sr. Branham, de seguro aprecio su fe en Dios
Todopoderoso”. Dijo: “Yo también soy cristiano. El doctor Schoen me dice que usted es un
sanador de fe”.
114 Yo dije: “Él simplemente no entendió. No soy un sanador de fe”. Dije: “Sólo creo en
Dios”. Y dije: “Entendemos este caso”. Y él–él dijo: “Sr. Branham, usted tiene una buena
esposa”. Yo dije: “¡Cuánto lo sé!”.
115 Dijo: “Si eso se ablanda, se volverá maligno, y entonces usted no va a tener esposa”. Y
yo dije: “Me doy cuenta, doctor”. Dijo: “¿Está en contra de que se lo saquen?”.
116 Dije: “No, señor. Pero (dije) tenemos una razón. Déjelo transcurrir un poco más, ¿no?”.
117 Y él dijo: “Bueno, le diré”. Dijo: “Dicen que ahora usted vive en Tucson”. Y me dijo
sobre el especialista, dijo: “Es un amigo mío”. Dijo: “Me mudé a Tucson y traté de vivir allí
una vez”. Dijo: “Era un lugar muy seco para mí”. Dijo: “Este hombre es el mejor que hay, al
oeste del Mississippi”. Así que dijo: “Voy a enviar los rayos X y el diagrama y todo, a él”. Así
que lo envió a Tucson.
118 Y el hombre, cuando llegó aquí, en treinta días más, le echamos otro vistazo, el hombre
lo hizo. Y dijo: “Es del tamaño de una toronja, se está haciendo muy grande. Debe salir, de
inmediato”.
119 Bueno, tuve que ir. Fui al norte, y me fui de vacaciones. Regresé, y fui a Nueva York, a
la ciudad de Nueva York, al Morris Auditorium, para un avivamiento. En el camino de regreso,
tuve que parar en Luisiana, en casa del hermano Jack Moore.
120 Llamé a mi esposa, la noche pasando, y ella dijo: “Cariño, mañana tengo que ir al doctor
otra vez, para un examen”. Y ella dijo: “Bill, no he sido capaz de mover mi pierna izquierda
esta semana. Se está asomando a través de mi vestido”. Así, se hinchaba, y crecía rápidamente.
Y dijo: “Me duele tanto que no puedo ni sacar las manos”. Dijo: “Esta semana sólo he tenido
que sacar una pierna a la vez, y moverme así”.
121 Y le dije: “Cariño, él va a querer sacarlo”. Y le dije: “Si lo hace, será justo en Navidad;
no podremos volver aquí, a casa”. Y ella dijo: “Lo sé”. Ella dijo: “Bueno, ¿qué debemos
hacer?”.
122 Yo dije: “Bueno, sólo dile, si ‘lo deja pasar hasta después de Navidad’. Entonces lo
sacaremos, inmediatamente después de Navidad. Porque quiero que vuelvas a casa antes de ir
al hospital”.
123 Y ahora dijo: “Bueno, me voy mañana, a eso de las tres”, algo así. Y eso sería diferente
en nuestro horario. Ella dijo: “Tendrás tu primer servicio entonces en Shreveport, luego me
llamas, después”. Yo dije: “Está bien”.
124 Una amiga de allí, una mujer cristiana muy buena. Estuvieron aquí el domingo, no
creo que estén esta noche. Ya vendrán. Norman, una Sra. Norman. ¿Estarían aquí, Sr. y Sra.