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290 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia
SUS PALABRAS INFALIBLES DE PROMESA
20 de enero de 1964 [64-0120]
Phoenix, Arizona, Estados Unidos
Rev. William Marrion Branham
[Párr. 138 incluido en Citas, pág. 120, párr. 1068]
66 Paul Melikian, la mayoría de ustedes lo conocen. Paul Melikian. Creo que está con el
cap… ¿Qué? [Un hermano dice: “Madera”. –Ed.] ¿Dónde? [“Madera”] Madera, California. Su
madre, su padre, ambos habían sido sanados en las reuniones. Volé hasta aquí en avión, para
visitarlos, y fueron sanados.
67 La esposa de Paul acababa de dar a luz a un bebé. Son gente buena, armenios, y llamaron
y pidieron: la esposa estaba enferma y querían traerla. Yo dije: “Está bien, vengan”. Así que
la trajeron. Y esa noche… Ella, y mi esposa y yo, y podría ser el hermano Sharrit (no estoy
seguro).
68 ¿Está el hermano Sharrit aquí? Sí estaba… ¿Es cierto, hermano Sharrit, estaba usted allí
esa noche? Así es. Ahí está el testigo. Yo–yo buscaba ver al hermano John, y ver si estaba aquí.
69 Ahora, ella puso su mano sobre la mía, y rápidamente zumbó. “Y miren, ella tiene vida
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para matarla, una vida malvada”. Y le dije: “Tiene ‘pierna de leche’ ”. Bueno, entonces no
tenía ningún síntoma. Pero un par de días después, el médico la estaba medicando para la
‘pierna de leche’. Ella dijo: “Eso es maravilloso, hermano Branham”.
70 Ahora, voy a tener que decir algunas cosas aquí que–eso va a ser escabroso. Pero yo–
yo debo decir la verdad, no importa lo que sea. Siempre he odiado decir que mi padre era
un contrabandista. Odié decir eso, pero es la verdad. Sí. Si hay algo malo, aclarémoslo aquí
mismo, no esperemos a subir Allá. Y me gusta decir las cosas buenas, pero debemos decir las
malas también.
71 Mi esposa estaba en la habitación, una mujer pequeña y de cabello negro. Y la Sra.
Malicki dijo: “Es extraño como actúa eso en tu mano”. Dijo: “¿Hace eso en la mano de todos?”.
Yo dije: “No, señora”. Dijo: “¿Puede explicarlo?”. Dije: “No, señora”.
72 No, no puedes explicar nada de Dios. No puedes explicar las obras de Dios. No puedes
explicar a Dios. Dios no tiene explicación. Si lo fuera, no tendríamos que creerle por fe.
73 Dije: “Las obras de Dios no tienen explicación. ¿Ven?”. Dije: “Es un acto de Dios que no
puedo explicar”. Y ella dijo: “Bueno, yo… Eso es ciertamente maravilloso”. Y dije: “Bueno,
voy a poner mi mano. Mira ahí, no pasa nada”.
74 Dije: “No hay nada malo con mi esposa. Pon tu mano, cariño”. Y tan pronto como su
mano tocó la mía, mi propia esposa, dije: “Tienes un quiste en el ovario izquierdo”. ¿Recuerda
eso, hermano Sharrit, en la habitación aquella noche?
75 Bueno, dos años después de eso nació mi pequeña Sarah, cuatro años después de Becky.
Le dije al doctor, esto… Todos tienen que ser cesáreas, porque ella no puede tener bebés de
forma natural; ella era de la misma manera, su familia es así. Y le dije al doctor: “Mire en el
ovario izquierdo, cuando la tenga a ella abierta, y vea si no hay un quiste en él”.
76 Él dijo: “Hermano Branham, nosotros, yo–yo echaré un vistazo”. Pero cuando… Cuando
él volvió a bajar, dijo: “No vi nada, hermano Branham”. Yo dije: “Está bien”.
77 Cuatro años después, mi pequeño Joseph vino a la escena. Y yo tomaba su mano, y
todavía estaba allí. Y yo dije: “Doctor, mire ese ovario izquierdo otra vez, ¿quiere?”.
10 Tromboflebitis iliofemoral o flegmasia Alba Dolens (inflamación de la vena femoral).