Page 38 - ESPERANZA PARA UN MUNDO EN CRISIS
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34 Esperanza para un mundo en crisis
espíritus malignos de los lugares celestiales. Por lo tanto, pónganse to-
das las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en
el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie,
firmes” (Efesios 6:12, 13). La armadura de Dios es nuestra protección
contra el virus del pecado. Cuando los profesionales de la salud ingre-
saban en la habitación de un paciente con COVID-19, no pensaban en
hacerlo sin algún tipo de ropa protectora. Todos los días entramos en
el territorio del mal. Sin la protección adecuada, estaremos expuestos
a un verdadero desastre espiritual. Con la armadura de Dios, podemos
prosperar en los momentos más difíciles de la vida. Es el equipo de pro-
tección que nos ofrece en tiempos de prueba. Este “equipo” nos cura y
nos protege al mismo tiempo de los constantes ataques del enemigo.
¿Qué equipo de protección es el que Dios te ofrece en el conflicto
entre el bien y el mal? El apóstol Pablo nos da una pista en 2 Corintios
10:4: “Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para de-
rribar las fortalezas”. ¿Cuáles son estas armas de Dios? ¿Cómo pode-
mos estar espiritualmente preparados para las crisis que enfrentamos
en nuestra vida personal? ¿Cuál es la fuente de nuestra fuerza espiritual?
¿Cuáles son los recursos que Dios nos ha dado para combatir el virus
del pecado?
Una de las armas elegidas por Dios es su Palabra. Las Escrituras re-
velan: “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que
cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre
la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pen-
samientos y deseos más íntimos” (Hebreos 4:12). La Biblia es la Palabra
viva de Dios. Por medio del ministerio del Espíritu Santo, cobra vida en
nuestro corazón y cambia nuestra existencia. Otros libros pueden ser
inspiradores, pero la Palabra de Dios está inspirada. Otros libros pue-
den iluminar la mente, pero la Palabra de Dios no solo nos ilumina; nos
transforma.
La Palabra de Dios tiene poder creador
La inspirada Palabra de Dios contiene principios que transforman la
vida. El poder creador de la Palabra de Dios ilumina nuestra oscuridad.
Nos transforma. Cuando Dios pronunció sus palabras en la Creación,
nuestro planeta nació. Él creó este mundo con su palabra todopoderosa.