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INTRODUCCIÓN
La base de nuestra democracia deberá ser la producción planificada para la
comunidad…
Como prerrequisito necesario para la reorganización de la sociedad, deberán
mantenerse los principales controles del tiempo de guerra sobre la industria
y la agricultura para evitar la rebatiña por los beneficios económicos que
siguieron a la última guerra. 39
Tales ideas fueron incorporadas a una resolución propuesta por Harold
Laski y presentada en la Conferencia del Partido el 26 de mayo de 1942. En
su discurso en defensa de la resolución, Laski constataba que «la nacionali-
zación del instrumento esencial de la producción antes de que termine la
guerra, el mantenimiento del control sobre la producción y la distribución
después de la guerra, tal es la punta de lanza de esta resolución.» 40
Pero las aspiraciones son una cosa y los planes concretos para llevarlas
a cabo son otra. Un primer paso hacia lo segundo lo dio el famoso Informe
Beveridge. 41
No carece de interés la historia de cómo el anterior director de Hayek en
la LSE llegó a presidir el Comité Interdepartamental de Seguridad y Servi-
cios Aliados. El comité se creó originariamente a comienzos de 1941 como
respuesta a las quejas de los sindicatos respecto al desorden de los progra-
mas gubernamentales entonces existentes a la hora de proveer ayudas al
39. Comité Ejecutivo Nacional del Partido Laborista, The Old World and the New Society: A
report on the Problems of War and Peace Reconstruction (Londres: Transport House, s.f.), pp. 3-4.
El panfleto fue publicado por el Comité «para ser considerado por las distintas organizaciones afi-
liadas con anterioridad a las discusiones de una serie de conferencias regionales por todo el país, y
en la conferencia anual del partido, que se celebraría en Londres en Whitsuntide (25-28 de mayo de
1942)».
40. Profesor H.J. Laski, «A Planned Economic Democracy», The Labour Party Report of the 41 st
Annual Conference (Londres: Transport House, Londres 1942), p. 111.
41. Aunque, como destaca el biógrafo de William Beveridge, «ya en junio de 1941… había una
amplia opinión reformista interesada en —con puntos de vista consolidados al respecto— el conjunto
de problemas que Beveridge y su comité iban a examinar detalladamente en los siguientes dieciocho
meses».Véase Jose Harris,William Beveridge:A Biography,edición revisada en rústica (Oxford:Cla-
rendon Press, 1997), pp. 367-368.
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