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CAMINO DE SERVIDUMBRE
desempleo, salarios a los enfermos, pensiones, y otros asuntos semejantes.
El Tesoro, ocupado en financiar la guerra, no deseaba una revisión general,
temiendo que esto llevase sólo a propuestas de ulteriores gastos. Y presio-
naron para que se nombrase un presidente «seguro»,que realizara un trabajo
de parcheo, y garantizara que el comité estuviese formado principalmente
por funcionarios civiles igualmente seguros de nivel medio. Pero entonces
intervino el ministro de Trabajo, Ernest Bevin, que se salió con la suya con-
siguiendo que Beveridge fuese nombrado presidente del comité, siendo su
motivación, según se cuenta, el conseguir «¡sacar del ministerio al molesto
Beveridge»! 42
Hacia diciembre de 1941, Beveridge había recibido sólo una de las 127
piezas de pruebas que su comité acabaría reuniendo, pero esto no le disua-
dió de hacer circular un artículo que contenía la mayor parte de los puntos
principales que se deberían incluir en el informe final.Beveridge resultó estar
muy poco seguro. Sus propuestas proporcionaron los fundamentos para el
estado de bienestar británico, que incluía medidas sobre subsidios familia-
res, seguros sociales generales, sanidad para toda la población, y la obliga-
ción del gobierno de mantener el pleno empleo.
Si bien el Tesoro quedó horrorizado por el coste previsto del plan, a lo
largo de 1942 Beveridge, a través de apariciones públicas, charlas radiofó-
nicas, y cosas parecidas, se las arregló para ir filtrando a la prensa las líneas
maestras del informe, obteniendo así un apoyo popular, minando la capa-
cidad del gobierno para ignorarlo o desestimarlo. Tuvo éxito como em-
presario, cuando el documento gubernamental de 299 páginas se publicó
por fin el 2 de diciembre de 1942: la cola para comprar el libro en la tienda
gubernamental medía, al parecer, más de una milla. 43 Y acabó vendiendo
medio millón de ejemplares, ejerciendo una gran influencia política, no sólo
en Gran Bretaña, sino en todo el mundo. (En Estados Unidos, una edición
42. Brian Abel-Smith,«The Beveridge Report:Its Origins and Outcomes»,en Beveridge and Social
Security: An International Perspective, John Hill, John Ditch, y Howard Glennerster eds.), (Oxford:
Clarendon Press, 1992), p. 14.
43. Janet Beveridge,Beveridge and His Plan (Londres:Hodder and Stoughton,1954),p.114.Quizá
fuera la esposa de Beveridge la que informó sobre la longitud de la cola, o tal vez contaba una anéc-
dota que había recibido de segunda mano.
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