Page 18 - Machote revista Ochentero nuevas medidas.indd
P. 18

Especial: Jorge Ninapayta de la Rosa


                  tador «en cualquier momento» (p. 73), cuando el hambre se le antoje. Además, en una mesa de
                  quince metros engulle ensalada de frutas con miel de abejas «de monte», servida en una «fuente
                  de cristal labrado» y consumida con «tenedor de plata» (p. 74). Igualmente, el control de lo que
                  ocurría en los salones se daba a través de «invisibles ojos electrónicos» junto con el uso de teléfonos
                  encriptados (p. 79).
                        En el transcurso de la historia pergeñada por Jorge Ninapayta hay dos eventos importantes
                  que dan luces sobre los personajes representados en el dictador. El primero de ellos se da a través
                  de la manifestación en la que el «presidente del país iba a “pedir permiso” a la multitud para mo-
                  difi car la Constitución e intentar reelegirse» (p. 30), lo cual solo podemos relacionar con Alberto
                  Fujimori.
                        La manifestación serviría para fabricar un presunto atentado de los grupos opositores contra
                  el presidente de la República con el afán de impresionar a la opinión pública y de esta manera
                  conseguir el apoyo de la población para la re-reelección, además de demostrar cómo el asesor
                  presidencial manejaba las situaciones en benefi cio del presidente y de él:

                           Edián contaba los minutos que faltaban para que el atentado se llevara a cabo. Ningún otro aten-
                           tado en el mundo sería más benefi cioso que este. […] Así, todos los asistentes y los millones de televi-
                           dentes serían testigos de que los desgraciados de la oposición habían querido matar al presidente.
                           (p. 143)

                        Pero el atentado falla (p. 157) y la historia queda suspendida a la libre interpretación de los
                  lectores.
                        El otro hecho importante es la recolección de fi rmas «para otorgar su apoyo a la re-ree-
                  lección del señor presidente» (p. 56-57), para lo cual regalan «comida y hasta dinero» en «barrios
                  pobres» (p. 57).
                        Otro acontecimiento relevante para rescatar, por lo deleznable de la acción, es el de traer
                  jinetes desde las tres regiones del país, con la fi nalidad de que la población creyera que el presi-
                  dente de la República poseía la admiración y apoyo en todos los rincones del país que controla-
                  ba. Además, este hecho manifi esta el desprecio por la mayoría de la población:

                           Ya hasta había imaginado las estampas que deberían mostrar esos chalanes: altos, soberbios, gua-
                           pos, de sonrisa completa; nada de chaparros, cenizos, encorvados, menos aun desdentados, no,
                           tenían que ser adecuados para las portadas de diarios y para la tele. (p. 85)

                        En cuanto a Alan García, lo refi eren las siguientes citas:

                           ... para que el presidente llegara y encontrara a pedir de boca, para desplegar su magia verbal.
                           (p. 119)

           18              «...Nadie podrá detener el proceso de cambio y avance hacia la modernidad que ya hemos inicia-
                           do. Si tú, pueblo generoso, deseas que sea otro presidente quien te lleve a ese destino, yo humilde-
                           mente daré un paso al costado y acataré tu voluntad». En ese momento, miles de voces rugieron:
                           «¡Nooooooo! ¡Noooooooo! Un grito ancho y desesperado…». (pp. 138-139)
                           ―Antes de pedir tu venia, pueblo amado, quiero concederte algo, lo que me pidas. En este momen-
                           to puedes pensar, desear lo que quieras y lo obtendrás gracias al esfuerzo de este gobierno […].
                           Más colegios, más centros comunales, más crédito agrario… (p. 149)
                           «He venido para decirte, pueblo amado, que quiero servirte un periodo más, con la misma honesti-
                           dad con que antes lo he hecho…». (p. 144)

                        O este pasaje en el que se desliza el carácter divino del gobernante:

                           [S]u  excelencia  fue  alejándose  de  la  superfi cie.  Cada  mullido  escalón  parecía  lanzarlo  hacia  el
                           siguiente con solo una torsión del pie, y antes de recobrar el suelo se demoraba fl otando  un ratito,
                           como deleitándose en quedar suspendido cual pluma de blanca paloma. ¡Qué agradable todo
                           esto! (pp. 128-129)

                  3.4. Políticos de izquierda

                  Un detalle importante se da con la mención a un integrante de un partido que lanza una adverten-
                  cia sobre un posible atentado en la manifestación pública del dictador. Solo se sabe que integra el
   13   14   15   16   17   18   19   20   21   22   23