Page 111 - complot contra la iglesia
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Capítulo Décimo
                           LOS JUDÍOS MATAN CRISTIANOS Y PERSIGUEN A LOS
                    APÓSTOLES


                           El judaísmo hizo una guerra a muerte a la iglesia desde el nacimiento de
                    ésta, sin motivo alguno, sin provocación, sin que la Iglesia durante sus tres
                    primeros siglos contestara siquiera a la violencia con la violencia. Los judíos
                    abusaron en forma cruel de la mansedumbre de los primeros cristianos que se
                    redujeron a combatir a sus mortales adversarios, simplemente, con bien
                    fundamentados razonamientos, teniendo que sufrir en cambio, las demoledoras
                    calumnias de los judíos, sus encarcelamientos, asesinatos y todo género de
                    persecuciones.
                           Empezaron por matar a cristo Nuestro Señor en forma injusta y cruel;
                    siguieron con el homicidio de san Esteban, que la Sagrada Biblia, en “Los
                    hechos de los Apóstoles”, nos describe en todo su horror desde la planeación
                    del crimen en el seno de las sinagogas, pasando por el soborno empleado para
                    que algunos lo calumniaran lanzándole acusaciones venenosas, hasta el
                    empleo de falsos testigos para comprobar estas acusaciones y el final
                    asesinato del santo por los judíos, consumado a pedradas en forma fiera, sin
                    que San Esteban haya cometido otro delito que predicar la verdadera religión
                    (77). Fue el protomártir del cristianismo; y fueron los israelitas quienes tuvieron
                    el honor de ser los primeros en derramar la sangre cristiana, después del
                    deicidio de Jesús.
                           La misma Biblia, en los hechos de los Apóstoles (capítulo XII), señala
                    cómo el rey judío Herodes:
                           “1. ...envió tropas para maltratar a algunos de la Iglesia. 2. Y mató a cuchillo a Santiago
                    hermano de Juan. 3. Y viendo que hacía placer a los judíos, pasó también a prender a Pedro...”
                    (78).
                           Los hebreos no contentos con iniciar el asesinato de los santos
                    dirigentes del naciente cristianismo, se lanzaron a realizar crueles
                    persecuciones que degeneraron en tremendas matanzas, según nos narra la
                    Biblia en los hechos de los Apóstoles, que dieron al cielo los primeros mártires
                    de la Iglesia. En estas persecuciones  participó Saulo –el futuro San pablo-
                    antes de convertirse (79), con un celo que él mismo describe en su Epístola a
                    los Gálatas (capítulo I), de la siguiente manera:
                           “13. Porque ya habéis oido de qué manera vivía en otro tiempo en el judaísmo: y con
                    qué exceso perseguía la Iglesia de Dios, y la destruía” (80).

                           LOS JUDÍOS NO SON DEL AGRADO DE DIOS, AFIRMA SAN PABLO.

                           Los hebreos persiguieron con especial empeño, como es natural, a los
                    apóstoles y a los primeros caudillos de la Iglesia, de lo cual nos da testimonio
                    San Pablo, en su Epístola primera a los Tesalonicenses, en la que también
                    afirma que: “los judíos no son del agrado de Dios”. Dice textualmente lo
                    siguiente:
                           “14. Porque vosotros, hermanos, os habéis hecho imitadores de las Iglesias de Dios, que
                    hay por la Judea en Jesucristo: por cuanto las mismas cosas sufrísteis también de los de vuestra
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