Page 80 - complot contra la iglesia
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por todos los reinos de la Tierra. 43. El extranjero, que vive contigo en tu tierra, subirá sobre ti, y
                    estará más alto: y tú descenderás, y quedarás  más bajo (26). 45. Y vendrán sobre ti, y te
                    perseguirán y alcanzarán todas estas maldiciones, hasta que perezcas: por cuanto no oíste la
                    voz del Señor Dios tuyo, ni guardaste sus  mandamientos y ceremonias que te mandó. 48.
                    Servirás a tu enemigo, que el Señor enviará contra ti, con hambre y con sed, y con desnudez, y
                    con todo género de carestía: y pondrá un yugo de  hierro sobre tu cerviz, hasta que te
                    desmenuce. (Tremenda profecía de esclavitud primero, y luego, de aniquilamiento de los judíos,
                    a manos de enemigos que el mismo Dios les echará encima, como castigo y maldición). 54. El
                    hombre más delicado de los tuyos, y el más  entregado a placeres, será mezquino con su
                    hermano, y con su mujer, que duerme en su seno. 55. Para no darles de las carnes de sus hijos,
                    que se comerá: por cuanto ninguna otra cosa tendrá en el cerco y en la penuria, con que te
                    habrán destruido tus enemigos dentro de todas tus puertas. 62. Y quedaréis en corto número, los
                    que antes por la multitud erais como las estrellas del cielo, por cuanto no oíste la voz del Señor
                    Dios tuyo” (27).
                           El Levítico (capítulo XXVI), también hace mención al dilema presentado
                    por Dios al pueblo judío, prometiéndole que será su pueblo escogido y bendito
                    si cumple con los mandamientos y lo maldecirá si no los cumple; profetizando
                    además, los castigos con que penará su mala conducta. De las maldiciones
                    lanzadas directamente por Dios contra los israelitas, en este último caso,
                    insertaremos sólo las que consideramos de mayor trascendencia, remitiendo a
                    los quieran conocerlas todas a la propia Sagrada Biblia, que nos sirvió en este
                    asunto.
                           “14. Mas si no me oyéreis, ni cumpliéreis todos mis mandamientos. 15. Si despreciáreis
                    mis leyes, y no hiciéreis aprecio a mis juicios, de manera que no cumpláis las cosas que yo he
                    establecido, e invalidáseis mi pacto: (Aquí alude Dios Nuestro Señor, al hecho de que los judíos,
                    con sus pecados, son los que invalidan y rompen el pacto o alianza que celebró Dios con dicho
                    pueblo). 16. Yo también haré esto con vosotros: Os visitaré prontamente con carestía, y con un
                    ardor que acabe con vuestros ojos, y consuma vuestras almas. En vano sembraréis granos, que
                    serán devorados por vuestros enemigos. 17. Pondré mi rostro contra vosotros, y caeréis delante
                    de vuestros enemigos ( otra predicción de aniquilamiento) y quedaréis sujetos a aquellos que os
                    aborrecen. Huiréis sin que ninguno os persiga. (Es impresionante cómo el delirio de persecución
                    colectivo, que sufre actualmente el pueblo judío, coincide sorprendentemente con esta maldición
                    divina). 18. Y si ni aun así me obedeciéreis, añadiré siete tantos más a vuestros castigos por
                    causa de vuestros pecados. 38. Pereceréis entre las gentes, y la tierra enemiga os consumirá.
                    39. Y si quedaren aún alguno en sus iniquidades en las de ellos, se pudrirán en sus iniquidades
                    en la tierra de sus enemigos, y serán afligidos por los pecados de sus padres y por los suyos”
                    (28).
                           La palabra de Dios habla por sí sola. Dios dio a Israel enorme privilegio,
                    pero no para que usara de él como de  un fuero que le permitiera cometer
                    impunemente toda clase de pecados y de crímenes, violando los
                    mandamientos y órdenes divinas. Es por esto que Dios, que es todo justicia,
                    sujetó la existencia de ese privilegio y de esa bendición a condiciones muy
                    rigurosas, que garantizaran el buen uso de los mismos por parte de los judíos,
                    imponiéndoles como condición guardar no solamente algunos, sino
                    precisamente todos los mandamientos, tal como expresamente lo dicen
                    diversos versículos del Deuteronomio y del Levítico. Les mandó también que
                    oyeran los mandatos divinos, hicieran aprecio de sus juicios y cumplieran las
                    cosas por Dios establecidas (Levítico, capítulo XXVI, versículos 14 y 15),  so
                    pena de invalidar el pacto o alianza otorgada por Dios a dicho pueblo. Pero,
                    ¿qué es lo que han hecho los judíos durante tres mil años? En vez de cumplir
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