Page 221 - Confesiones de un ganster economico
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                        un negocio lucrativo para mis socios y para mí, pero en realidad vendimos
                        principalmente cediendo a .la tremenda presión que nos aplicaba la Ashland Oil
                        Company. Luchar contra ellos habría supuesto un coste enorme en muchos sentidos,
                        como sabía yo por experiencia. Vendiendo, en cambio, nos hacíamos ricos. De todas
                        maneras, no dejó de parecerme sarcástico que una petrolera pasara a ser nueva
                        propietaria de mi empresa de energía alternativa. En cierto modo me sentí como un
                        traidor.
                           La SWEC me demandaba muy poco de mi tiempo. De vez en cuando me llamaban
                        a Boston para asistir a una reunión, o para ayudar a elaborar una propuesta. Otras veces
                        me enviaban a lugares como Río de Janeiro, para parlamentar con los que manejaban
                        el cotarro allí. Una vez volé a Guatemala en un jet privado. Solía llamar a los
                        directores de proyecto para recordarles que me tenían en nómina y a su disposición.
                        Me daba apuro cobrar tanto dinero por hacer tan poco. Yo conocía bien el sector y
                        deseaba contribuir con algo útil. Pero eso, sencillamente, no estaba previsto.
                          Aquella imagen de hombre entre dos mundos me atormentaba. Quería hacer algo
                        que justificase mi existencia y que contrarrestase lo negativo de mi pasado aportando
                        algo positivo. En secreto seguía trabajando en mi Conciencia de un gángster económico,
                        aunque muy irregularmente. Además, no me engañaba en cuanto a las posibilidades de
                        ver publicado alguna vez el libro.
                          En 1991 empecé a hacer de guía para grupos reducidos que iban a la Amazonia con
                        la finalidad de pasar algún tiempo con los shuar y aprender de ellos, que nos
                        enseñaban de buena gana sus conocimientos sobre preservación medioambiental y
                        técnicas de sanación tradicionales. Durante los últimos años, la demanda de este tipo
                        de excursiones había aumentado rápidamente. De ello resultó una organización no
                        venal, la Dream Change Coalition. Dedicada a cambiar la manera en que los
                        ciudadanos de los países industrializados contemplan la Tierra y nuestra relación con
                        ella, Dream Change halló muchos seguidores en todo el mundo y capacitó a otras
                        gentes para que crearan organizaciones con cometidos similares en muchos países.
                        Fue seleccionada por la revista Time como una de las trece organizaciones cuyas
                        páginas en la Red reflejaban con más fidelidad los ideales y los objetivos del Día de la
                        Tierra. 1
                          Durante la década de 1990 me comprometí más a fondo con el mundo de las
                        organizaciones no lucrativas. Ayudé a crear varias de ellas y figuré en los consejos de
                        administración de otras. Muchas de éstas surgieron de





























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