Page 250 - Confesiones de un ganster economico
P. 250
elclubdelsoftware.blogspot.com
pasó a formar parte del Consejo presidencial de la exportación. 3
En esos artículos quedaba condensado el relato de la historia contemporánea, de la
marcha hacia el imperio global. Lo que pasaba en Iraq y lo que describía la prensa
matutina era el resultado de la misión que Claudine me había enseñado a desempeñar
hacía unos treinta y cinco años. De mi trabajo y el de otros muchos hombres y mujeres
movidos por un afán de engrandecimiento que seguramente no debió ser muy
diferente del que yo conocí.
Esos artículos trataban de la invasión de 2003 y de las contratas que estaban
firmándose para reconstruir Iraq después de la devastación causada por nuestros
ejércitos y para reformarlo según los moldes del modelo occidental moderno. De
manera implícita, las noticias del 18 de abril de 2003 miraban también hacia atrás, a
comienzos de la década de 1970 y al «caso del blanqueo de dinero árabe saudí». Este
caso y las contratas que resultaron de él sentaron un precedente nuevo e irrevocable,
al permitir, o mejor dicho disponer que las compañías de ingeniería y construcción
estadounidenses y la industria del petróleo se adjudicasen el desarrollo de aquel reino
del desierto. En un solo golpe poderoso, el caso aludido había establecido nuevas
reglas para la gestión mundial del petróleo, redefinido la geopolítica y creado una
alianza con la familia real saudí que aseguraba tanto la hegemonía de ésta como su com-
promiso de plegarse a nuestras reglas.
Mientras leía no pude dejar de preguntarme cuántas personas sabrían lo que sabía
yo. Que a aquellas horas, Saddam seguiría siendo dueño de su país si se hubiese
avenido a entrar en el juego como hicieron los saudíes. Y tendría sus misiles y sus
fábricas químicas, que nosotros habríamos construido para él, y que serían mantenidas
y modernizadas permanentemente por nuestros técnicos. Un acuerdo a gusto de todos,
como lo fue el de Arabia Saudí.
Hasta entonces los medios de comunicación más influyentes se habían abstenido de
publicar tales informaciones. Pero ese día estaban ahí. Cierto que aquellos artículos eran
mucho menos que un resumen, un atisbo, una aparición fugaz. Pero daban la sensación
de que la historia empezaba a emerger. Pensé si al New York Times se le habría
ocurrido hacer de francotirador solitario. Pasé a la página de la CNN y leí: «Bechtel
gana la contrata iraquí». La crónica de CNN era muy parecida a la del Times, sólo que
agregaba:
En varios momentos se hizo saber que otras compañías competían
250