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ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE FACULTADES Y ESCUELAS DE ENFERMERÍA
22. “LA EVALUACiÓN EN EL APRENDiZAJE”
18 DE NOViEMBRE DE 2020
Continuando con estos “Diálogos de Educación” que ya estamos por concluir este
segundo ciclo de este segundo semestre del 2020 desde la Asociación Colombiana
de Facultades y Escuelas de Enfermería, y como les había anunciado, hoy
continuaremos con el tema de la evaluación en el aprendizaje, pero en esta
oportunidad me voy a referir específicamente a las pruebas objetivas, porque es ahí
donde hay mayores dificultades o mayores fortalezas, con los instrumentos de
evaluación que elaboramos.
¿Qué son esas pruebas objetivas? Son los exámenes que nosotros estructuramos; estos
exámenes pueden ser escritos o pueden ser orales, y están formados por una serie de
preguntas o ítems que sólo admiten una respuesta. Para ello se toman como referencia
los objetivos; por esto son tan importantes los objetivos didácticos, que a veces
tenemos en la intención de una clase, o que tenemos en la intención de un programa,
pero que al nal los hemos convertido en competencias. Por lo tanto, los instrumentos
de las pruebas objetivas son los que nos permiten, en un momento determinado, evaluar
el cumplimiento de esos objetivos.
Para la formulación de las preguntas o ítems en esos exámenes, o en esos instrumentos
que voy a utilizar para realizar esas pruebas objetivas, voy a decirles algunos
elementos que debemos tener en cuenta: se deben considerar solamente los
contenidos que se quieren medir; esos contenidos deben ser muy explícitos y deben ser
conocidos por los estudiantes, porque yo no puedo hacer una prueba objetiva de
unos contenidos que ellos o ellas no conozcan anteriormente; es importante que estos
contenidos que quiero medir sean alcanzables, porque si pusimos unos objetivos que
son medibles y alcanzables, es porque el estudiante conoce estos contenidos.
A veces es importante que estas pruebas, o estos exámenes o cuestionarios que yo
voy aplicar los evalúe algún experto, que puede ser un profesor de la misma área o
aquel que conoce de esa temática, o un pedagogo, para que revise si las preguntas
elaboradas son entendibles o no, si están formuladas con claridad, porque a veces
nosotros formulamos preguntas que no son concretas ni entendibles. Además, en muchas
ocasiones no admitimos que nos hagan preguntas durante la aplicación de la prueba
por parte de los estudiantes; por eso es tan importante tener en cuenta esa claridad y
esa concreción en las preguntas que elaboremos.
Algunos autores opinan que en las pruebas objetivas no tiene que haber ni elementos
irrelevantes, ni pistas para dar la respuesta, ni ambigüedad, pues lo que queremos
saber es si los estudiantes comprendieron, si son capaces de analizar, si son capaces
de argumentar. Además, sugieren que evitemos las preguntas negativas porque pueden
confundirlos; el examen no es para confusión, el examen es para medir procesos
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