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ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE FACULTADES Y ESCUELAS DE ENFERMERÍA
veces enfrentamos: la igualdad de todas las personas. En ocasiones hemos escuchado
a los estudiantes opinando: - Presenté un trabajo igual al que presentó mi compañero,
mi amigo, y a él le dan una nota y a mí me dan otra diferente. Miremos esa igualdad, a
veces ahí entra mucho la subjetividad al momento de evaluar las pruebas, cuando
éstas tienen que ser objetivas. En la evaluación debemos tener en cuenta a ese
individuo como persona y darle lo justo y lo equitativo, aquello que se merece; por eso
a veces es importante, y algunas personas lo tienen, realizar conjuntamente lo que
llamamos coevaluación y la autoevaluación, donde interactúan sus compañeros y la
misma persona en el proceso evaluativo.
Ahora hablemos de La equivalencia. Cuando nosotros utilizamos puntuaciones
diferentes para las preguntas que hacemos, ¿cómo hacer esas equivalencias y esas
puntaciones para los diferentes ítems que nosotros tenemos en un mismo cuestionario?
Miremos muy bien qué vale más: una prueba de selección múltiple, de falso y verdadero,
de completar simple o de completar dando una opinión, o de dos columnas, llamada
de apareamiento o de señalamiento.
Es importante revisar muy bien qué es lo que nosotros queremos medir en esa prueba
para darle esas puntuaciones y esas equivalencias de una manera más equitativa;
tener en cuenta si lo que se está midiendo es análisis y argumentación, o si solamente
estamos midiendo memoria y recordación. Entonces, hay cosas importantes en las
equivalencias, cuando nosotros hacemos una prueba, que a veces no las tenemos en
cuenta al evaluar los trabajos escritos de los estudiantes, los proyectos, las soluciones
de problemas; a veces aquellos exigen de los estudiantes mucho más trabajo de
análisis y argumentación. Nosotros no tenemos en cuenta esas equivalencias en los
trabajos escritos; examinémoslas y hagamos también meta evaluación, de cómo
nosotros estamos exigiendo factibilidad y aceptabilidad, que hace referencia a que
las evaluaciones sean más realistas, más prácticas, más apropiadas a las circunstancias
del momento en el que estamos y a los recursos que, de pronto, empleemos, tengamos
muy en cuenta los recursos para hacer esta evaluación.
Por último, es necesario tener en claro que los métodos que yo emplee pueden tener
un efecto; analicemos cuáles son los efectos que pueden tener esas evaluaciones que
yo empleo en mis estudiantes, en mis colegas y en el sistema de educación y de
evaluación de la institución.
Para terminar, no dejemos de lado los siguientes tres puntos importantes: Hacia dónde
va el alumno; es decir, cuáles son los objetivos o las competencias que yo plantee en
mi asignatura, en mi tema, o en las competencias generales que se quieren lograr en el
proceso formativo. La segunda, dónde se encuentra el alumno; tengo que observar y
valorar cuál es la situación particular de cada alumno en su proceso de aprendizaje.
Y por último, cómo puede el alumno alcanzar ese objetivo, esa meta que se ha
propuesto, para yo lograr retroalimentarlo y hacer que él alcance ese objetivo y esa
meta que se ha trazado.
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