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ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE FACULTADES Y ESCUELAS DE ENFERMERÍA

               de buscar abstracciones para llegar de pronto a certezas mucho más evidentes que
               podamos encontrar.

               Porque cuando enseñamos no tenemos en cuenta que el pensamiento sea visible; lo
               que hacemos, y lo hemos tenido siempre en cuenta, es un pensamiento invisible, como
               aquello que está en el motor de nuestra mente; ahí es donde lo tenemos, pero nunca
               lo  hacemos  visible  como  educadores,  y  eso  es  lo  que  yo  hoy  pretendo  con  el
               aprendizaje y las rutinas de pensamiento, surgiéndome de ahí la siguiente pregunta,
               ¿qué queremos nosotros como educadores para ayudarle a ese estudiante, quien es
               nuestro aprendiz, cómo hacer visible ese pensamiento mediante las oportunidades o
               estrategias que nosotros le vamos a ofrecer?

               Richard, en el año 2014, propuso una cultura de pensamiento y una cultura que nos
               habla  de  algunos  elementos  esenciales  que  debemos  nosotros  tener  en  cuenta
               cuando trabajamos en el aula o cuando nuestro estudiante o aprendiz trabaja fuera
               del aula realizando un ejercicio, trabajo o alguna actividad extracurricular, o cuando
               estamos utilizando estos medios a través de las plataformas o el internet, dando una
               clase o intercambiando pensamientos y saberes en un acto educativo. El mismo Richard
               sugiere que debemos trabajar con el estudiante la indagación, la curiosidad, el juego
               de ideas y el análisis, y que para ello es importante tener en cuenta el tiempo, pues a
               veces nosotros limitamos el tiempo de nuestros estudiantes y lo limitamos a cinco o diez
               minutos, o a que en dos minutos nos contesten una pregunta, siendo que a veces
               requieren de más tiempo para de pronto hacer indagaciones o para interactuar con
               las demás personas.

               Un segundo punto hace referencia a las oportunidades que nosotros damos en el aula,
               o  por fuera de ella, o a través de plataformas que utilizamos para que el estudiante
               desarrolle  esos  procesos  cognitivos  básicos  y  cognitivos  superiores.  Y  como  lo
               mencionamos anteriormente, dentro de los cognitivos básicos estarían: la memoria, la
               atención, la comprensión, el entendimiento, y  dentro de los superiores hablábamos de
               la  inteligencia,  el  pensamiento  y  el  lenguaje,  conectando  estos  aspectos  con  el
               aprendizaje y las rutinas de pensamiento.

               También hay otros elementos o fuerzas que ayudan; entre ellas está el lenguaje, debido
               a que tenemos que implementar un lenguaje para esa cultura de pensamiento. Es ahí
               donde  nos  preguntamos:  ¿Cómo  los  ponemos  a  reflexionar?  ¿Cómo  usamos  unas
               estrategias  para  que  el  aprendiente  entre  en  ese  pensamiento  y  en  esa  cultura
               utilizando el lenguaje? ¿Cuáles son las preguntas que deberíamos hacer? ¿Cómo sería
               la comunicación a establecer?

               Igualmente hay que tener presente la interrelación, y en ella la convivencia misma que
               yo tengo como educador o como mediador con el otro y las otras, o las relaciones
               que tienen ellos en ese proceso de integración con sus compañeros y con los otros
               aprendices,  sin  olvidar  el  entorno  físico;  porque  no  solamente  cuenta  el  entorno



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