Page 149 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
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156        MITOS Y CUENTOS EGIPCIOS DE LA ÉPOCA FARAÓNICA


     ferma: ella no derramó agua sobre sus manos27, como era costumbre; no
     encendió una luz ante él; la casa estaba en oscuridad y ella estaba acosta­
     da, /[4,  10]  vomitando. Su marido le dijo: «¿Quién te ha hablado mal?».
     Ella le respondió: «Nadie me habló mal, excepto tu /[5,1]  hermano pe­
     queño.  Cuando  vino  a  coger  semillas  para  ti  y  me  encontró  sentada,
     sola28, me dijo: «Ven, pasemos una hora (juntos), acostémonos. Ponte tu
     peluca2í». Así me habló él, pero yo no le escuchaba. «¿Es que no soy tu
     madre? ¿Y no es para ti tu hermano mayor como un padre?». Así le dije
     yo, y se atemorizó; él (me) golpeó, para que yo no te lo notificara. Pero si
    permites que él siga vivo, me daré muerte: así que, cuando vuelva, no [le
     escuches]. Pues sufro  (con la idea)  de la malvada acción que se disponía
     a cometer ayer30».

    h a querella de los dos hermanos

       Entonces su hermano mayor se transformó /[5,5]  como en un leo­
    pardo; afiló su lanza y la agarró con la mano. Y su (hermano) mayor se
     situó detrás de la puerta de su establo para matar a su hermano menor,
     cuando volviera al atardecer para hacer entrar a las bestias en el establo.
     Entonces,  cuando  el  sol  se  puso,  él  (el pequeño)  cargó  con  todas  las
    hierbas  de  los  campos,  según  su  cotidiana  costumbre,  y  después  re­
    gresó. Cuando la vaca que iba en cabeza entró en el establo, le dijo a su
    pastor:  «¡Atención!  Tu  hermano  está  ahí,  esperándote31  con  su  lanza
    para matarte. Aléjate de él». Comprendió lo que decía su vaca de cabe­
    za.  /[6,1]  Otra  (vaca)  entró  y  dijo  lo  mismo.  Entonces  miró  bajo  la
    puerta  de  su  establo  y  vio  los  pies  de  su  hermano  mayor  que  estaba
    detrás  de la  puerta, con  su lanza en la  mano.  Depositó  su  fardo  en el
    suelo y se puso a correr para huir.  Su hermano mayor salió en su per­
    secución con su lanza.


       2   Π rf./parece ser una grafía del dual d lty .f «sus manos». Este dual, como se ve en Horw y
    Seth,  1,10 y 11,7, es tratado eventualmente como un masculino singular: cfr. B. H. Stricker, «Une
    ortographie méconnue», en Acta Orientalia 15, p. 21.  Otros ej. de <^rt=drty más adelante, 1. 8,7;
    9,1;  12,1;  12,9;  Horus y Seth,  1,10;  11,5-7, y probablemente  3,6.  Comparar la grafía irt.f=irty.f
    «sus ojos» en  I 'erdad, 2,4 y Horus y Seth,  10,8-10.
         Fila había despedido a la sirvienta (o a la amiga) que la estaba peinando (l. 2,10).
       29   [N. del T.: Sorprende un poco la última expresión. ¿Se trata de una  fórmula con una
    connotación  erótica  implícita?  Es  posible;  en  cualquier  caso  en  las  representaciones  de
    uniones sexuales que nos han quedado es  frecuente que el varón agarre por los pelos (;o la
    peluca?) a la mujer. Cfr. L. M an\ichf., lu í Esfinge Erótica, Barcelona,  1987, especialmente en
    pp.  154 y ss.|
       3,1   «Ayer»  (leer sf): el día  comenzaba al ponerse el sol;  los acontecimientos  de la mañana
    pertenecían pues al día precedente. Para la construcción de esta frase, cfr. JEA 22 (1936), p. 44,
    y, en cuanto al sentido de sn (—nt) con el determinativo equivocado, se puede relacionar con
                        s
    Principe, 6,2; véase más arriba, p.  134 y nota  18.
       31  Lit. «tu hermano mayor está ante ti».
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