Page 152 - Mitos y cuentos egipcios de la época faraónica (ed. Gustave Lefebvre)
P. 152
CUENTO DE LOS DOS HERMANOS 159
to de polvo43. Una vez llegado a su casa, mató a su mujer, la arrojó a los
perros, y después se sentó lamentándose por su hermano pequeño.
S e g u n d a pa r t e d e l c u e n t o
Khnum fabrica una mujer para Bata
Y después de muchos días tras esto, su hermano pequeño estaba en
el Valle del Pino, y no había nadie con él; pasaba el día cazando las pre
sas del desierto, y después regresaba, al atardecer, para dormir bajo el
pino en lo alto de cuya flor estaba su corazón.
Y despues de / [9,1] muchos días tras esto, se construyó, con su pro
pias manos, en el Valle del Pino, un castillo40que estaba lleno de todas las
cosas buenas, con la intención de hacerse una morada. (Un día en que)
había salido de su castillo, se encontró con la Enéada, que viajaba
ocupándose de los asuntos de todo el país. Entonces los dioses de la
Enéada hablaron entre ellos, y después dijeron a Bata47: «¡Eh, Bata, toro
de la Enéada! ¿Estás aquí solo, habiendo abandonado tu ciudad (para
huir) ante la mujer de Anup, tu hermano /[9,5] mayor? Pues bien, él ha
matado a su mujer, y de esta forma tú (te) has vengado (de) todos aque
llos que han actuado mal contra ti48». Su corazón tuvo gran piedad de él
y Pra-Harakhti dijo a Khnum: «Fabrica pues una mujer para Bata, para
que (él) no esté solo». Y Khnum le hizo una compañera: era bella de
cuerpo más que cualquier (otra) mujer del país entero, y <la semilla> de
todo dios estaba en ella49. Las siete Hathors vinieron a verla y dijeron con
una sola boca50: «Ella morirá por la espada».
El (Bata) la deseó mucho, mucho. Ella permanecía en su mansión, en
tanto que él pasaba el día /[10,1] cazando las presas del desierto, trayén-
dolas y depositándolas ante ella. Y él le dijo: «No salgas, para que el Dios
En señal de duelo. El verbo wrh «untar» tiene también en neoegipcio el sentido de «estar
cubierto, estar embadurnado», de polvo o de sangre.
46 La palabra bhn, importada de Asia durante la dinastía XVIII, designa el «castillo» bien de un
rey (por. ej., Lepsius, Denkmäler III, 127 a) o bien de un gran personaje (p. ej., U rk IV, 1164, 14).
4' Lit. «entonces (los dioses) de la Enéada fueron a decir a uno de entre ellos y (después) a
decirle». Puede que el texto contenga alteraciones.
4Klit. «y así tú has respondido en tu beneficio (leer n.k) a <n> todos aquellos...»; la misma ex
presión la encontramos en 1. 14,6. Podríamos, sin embargo, conservando n.fi traducir: «tú has con
seguido venganza de él —lit. tú le has respondido—por <hr> todo el mal que se te ha hecho»; pero
es la cuñada de Bata quien ha sido castigada, y no su hermano; y Bata guarda tan poco rencor a este
último que hará de él su sucesor al trono de Egipto (véase más adelante, p. 165,1. 19,6-7).
49 La misma frase, pero completa, aparece más adelante 1 11,5. Es preciso comprender que
en esta mujer se encuentra la semilla de cada uno de los dioses de la Enéada; ella es una encar
nación de los Nueve Dioses. Es por ello que Bata, su esposo, es llamado en 1. 9,4 «toro de la
Enéada». Cfr. H. Jacobsohn, Die dogmatische Stellung des Königs, cit., p. 22 y nota 2.
30 [N. del T.: Es decir, al unísono.]