Page 31 - Ego Group eMemoria 2017
P. 31
vista cosmovisivo, Jorge Luis Arcos considera que en este momento “se está asistiendo a la aparición
3
de una suerte de posconversacionalismo.” Alude que “el cambio cosmovisivo es el rasgo general más
diferenciador” (J.L. Arcos: XLI) que atañe a la generación de los ochenta, junto a “[otros cambios]
acaecidos en la práctica escritural, estilística, más variados, también más indefinidos y más difíciles aún
de caracterizar.” (J.L. Arcos: XLI) De este modo, se propicia el escenario para una poesía subversiva en
su esencia, que se proyectará hacia distintas formas de entender la creación.
“Hay poetas que comienzan a subvertir la cosmovisión del conversacionalismo desde dentro, es decir, a
partir de sus mismos recursos estilísticos, y son exponentes entonces de una suerte de reverso del
conversacionalismo.” (J.L. Arcos: XLI) Otros, por su parte, consiguen el mismo efecto pero desde un
conversacionalismo lírico que marca también ese envés profundo, desmitificador. En este segundo grupo
se halla la obra de Damaris Calderón, Alberto Rodríguez Tosca, Víctor Fowler, María Elena Hernández,
Almelio Calderón, Sigfredo Ariel, Juan Carlos Flores y Alessandra Molina. Es a partir de este grupo
mayoritario que se instaura la denominación de poesía posconversacional, donde van a predominar textos
nacidos de “un pensamiento eminentemente crítico (…) [que desemboca en] disímiles y abigarradas
perspectivas posmodernas.” (J.L. Arcos: XLII)
El antiguo culto a la obra revolucionaria y el valor que se le otorgaba a la colectividad y la camaradería,
se verán fracturados y a la postre sustituidos por la mirada introspectiva, el llamado de la conciencia
personal y los conflictos individuales que afectan a un sujeto que ha comenzado a enajenarse de una
realidad que ya no lo complace y le resulta insuficiente para su propio bienestar. Hacia los años noventa,
luego del derrumbe del campo socialista en la URSS y el inicio del duro período especial en Cuba, la
crisis alcanzará dimensiones superlativas y hará eco, por supuesto, en la literatura. Para esta nueva
década, la sensación de aislamiento y desprotección del sujeto se hará más aguda en la poesía y se torcerá
en consecuencia el arraigado concepto de nación, la antes paradisíaca visión de la insularidad, para
concluir en un profundo pesar de corte existencialista, que se traducirá en sólidos conflictos ideológicos
e identitarios. No es raro, según estos antecedentes, que buena parte de los poetas integrantes de esta
generación tengan hoy un sitio indudable en nuestra lista nacional de exiliados.
Creo importante mencionar, dentro de los rasgos que definen la esencia ideoestética de esta generación,
el modo en que rescatan algunas figuras devenidas hitos de la poesía cubana, relegadas por las razones
que argumentaba antes. Se ha dicho que el signo estilístico y formal más distintivo que signa esta
promoción está condicionado en buena medida por José Lezama Lima, a quien casi la mayoría de sus
integrantes reconoce como maestro. Pero sería absurdo obviar a otro poeta que, a mi juicio, deviene
igualmente un poderoso arquetipo para la generación de los ochenta en Cuba: Virgilio Piñera. Así lo
afirma Damaris Calderón en una conferencia ofrecida con motivo del cincuentenario de la revista
Orígenes, de la cual me parecen reveladores algunos fragmentos. La autora, como juez y parte en este
momento, en su discurso «Virgilio Piñera: una poética para los años 80», expone sentencias que considera
fundamentales y programáticas para su promoción, la cual, según el propio texto se distingue por:
(…) el carácter explosivo de sus obras, por un espíritu contestatario, de revisión de los valores y cánones
preestablecidos (literarios y extraliterarios), de reacción contra un discurso oficial que margina
polémicas aristas de la realidad, por cuyos intersticios asoma un discurso denotativo de otra realidad
4
(o de otra visión de la realidad).
Destaca igualmente algunas características que reconoce consustanciales a su generación como:
3 Ver: Jorge Luis Arcos. Prólogo a Las palabras son islas. “Panorama de la poesía cubana. Siglo XX. (1900-1998).” p XLI.
4 Ver: Damaris Calderón: Conferencia «Virgilio Piñera: una poética para los años 80.»
31