Page 30 - Libro para Angi
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SAL TO  DE  AMOR  POA  LA  VIDA
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               Pasaban semanas y mi  animo volvfa a cambiar.  La decision de
         vivir parecfa esfumarse y lo sustitufa el dolor de mi realidad. tan diffcil
         de enfrentar, casi imposible de comprender. Me cuestionaba intensa-
         mente, hablaba con Dios. "(,Por que me pasa esto a mi? Jesucristo fue
         crucificado, torturado, pero yo llevo demasiados meses aquf. (,A quien
         mate? (,Para que sigo viva? (,Le hice dafio a alguien para recibir este cas-
         tigo? Dios no existe, no  puede ser que exista y me deje sufrir de esta
         manera". Era inutil, pensara lo que pensara, mi condici6n era esa y no
         cambiaba.  Mucho  tiempo  me  dedique  a  llorar,  al  grado  de  que  la
         afanadora ten  fa q ue limpiar el charco que se formaba en el sue lo. Serafin
         iba con frecuencia y lloraba a mi  lado.  Puso fotos  de  mis hijos en el
         techo, lo cual constitufa mi unico consuelo.
               Decidirse a vi vir en estas condiciones representa casi un ejercicio
         diario  de  voluntad.  La  decision  de  vivir  puede  no  durar  sino  unos
         cuantos minutos, puede permanecer solo un dfa y al dfa siguiente una
         tiene  que  volver  a  replantearse  todo  desde  el  principio.  Muchas,
         muchfsimas veces decidf continuar y otras decidf que era mejor morir,
         porque mi vida como tal era inutil. Sentfa que provocaba mas sufrimien-
         to y dolor que bien a los mios y estaba convirtiendome en un estorbo.
               Un dfa en que las ganas de vivir eran superiores a las de morir, le
         dije al doctor que tenfa que sentarme a cualquier precio. Llevaba mas
         de  seis  meses  acostada y  tenfa prohibido cambiar de  postura por el
         peligro de empeorar la lesion.
              -Doctor, le dije al ortopedista que me atendfa, si usted no hace
         algo  porque ya me  sienten,  me  voy  a matar.  0  me sienta mafiana o
         mafiana me mato. Aver c6mo le hace. No puedo estar asf ni un dfa mas.
               El medico tuvo la enorme compasion de creerme pues habfa vis to
         mi  lucha:  cuando  decidf  empezar  a  recuperarme,  sali  en  un  grado
         importante de la depresion; como empece a comer, mejore notable-
         mente.  Supongo tuvo fe  en que si  se  lo pedfa, era por querer seguir
         viviendo. Asf pues, se las ingenio para que me conformaran una especie
         de corset de yeso de todo el tronco el cual, unido a la cabeza por medio de
         unas  varillas,  harfa  la  funcion  de  la tracci6n.  Efectivamente,  al  dfa
         siguiente me sentaron. El doctor no se atrevfa a irse, pues esperaba una
         reaccion muy fuerte en cuanto me sentaran, pero pa  so la primera hora ...

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