Page 26 - Libro para Angi
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SAL TO  DE  AMOR  POR  LA  VIDA


                -Me estoy muriendo ...  no puedo moverme.
                No perdf el conocimiento, podfa observar los  movimientos de
          rescate como se observa una pelfcula.
                -jUna camilla!  jUna camilla!
                -No la muevan. quftense, no la toquen -grit6 Serafin desespe-
          rado. Con gran cuidado me quit6 el casco, pero el comandante lo llam6
          para que fuera a formaci6n.  Ya no pudo es tar conrnigo y en ese me-
          mento me  vi  en manos de  los  paramedicos de  la  ambulancia.  En un
          remolino, vefa cortar el uniforme con una tijera y c6mo me despojaban
          de mis alhajas.
                   ·Q  ,    h    ')
                -    ue me  acen ....
                  0
                El Presidente de la Republica, Miguel de la Madrid dio 6rdenes
          de que me trasladaran en su helic6ptero al Hospital Militar de Mexico
          y bajo su recomendaci6n se movilizaron para mi rescate. Despues de la
          formaci6n, permitieron que me acompafiaran Serafin y mi hijo Paco de
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          cuatro  afios,  que  espantado  me  tomaba  de  la  mano.  (,Que  pasa?"
          parecfa  preguntarme  con  su  expresi6n.  Le  guifie  el  ojo  para  darle
          animos, pero el dolor era tan intenso que por momentos sentfa que me
          desmayaba.
                En un  instante mi  vida dio un giro de  ciento ochenta grados y
          nunca volvf a ser la misma.
                Sufrf una fractura en las cervicales. Pero esas cuantas palabras no
          describen ni remotamente las implicaciones que tiene. La consecuencia de
          la fractura fue una cuadriparesia espastica. Y puesto en palabras comunes
          y corrientes, significa que perdf el movimiento de las cuatro extremi-
          dades: lo unico que podfa mover eran los ojos y la boca; del cuello para
          abajo quede completamente inmovilizada.
                Los tres afios siguientes los vivf en un torbellino que conmocion6
          mi vida en todos los aspectos. Vivf la inconstancia de las cosas. Mi vida
          que pared a tan es table, tan exitosa, en un instante cambi6 por completo.
          Fue una epoca don de experimente la re la ti vi dad del tiempo de una manera
          contundente: esos tres afios se convirtieron en treinta de un sufrimiento
          indescriptible. Recuerdo muchos eventos, sobrepuestos unos con otros,
          sin orden ni cronologfa, todos formando un remolino en el que deje de

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