Page 23 - Libro para Angi
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MARIA  ANTONIETA  OSORNIO  RAMiREZ


           nadie  se  lo  lleva  de  aqui.  No  escuchaba  razones  y  tuvieron  que
           separarme entre varios, porque no querfa que se lo llevaran.
                Una vez enterrado lo empece a llorar tanto que pasaban lo dfas,
           las semanas, lo meses y no habfa noche en que mi coraz6n adolorido no
           se manifestara con las lagrimas. Ya tenfa harto a mi marido y yo mis ma
           no comprendfa que me pasaba.
                Hice lo que me encarg6 en su testamento, y fui mas alla: mi vida
           se convirti6 en la obsesi6n de hacer las cosas como el hubiera querido.
          Querf a ser el.
                Mi vida no vol vi6 a ser la misma. Una parte de mf se habfa muerto
          jun to con mi padre y yo me habfa quedado en la tierra, con el anhelo de
          seguir estando cerca de el.
                A partir de entonces, cada salto que efectuaba era pensando en el.
          Le platicaba mientras volaba: -Cerca del cielo estas tu, y me tienes que
          ayudar porque yo ya no soy feliz sin ti.
                El paracaidismo se convirti6 en una manera de rozar por instantes
          su presencia, tocar a la puerta de su morada eterna y consolarme por un
          momenta, para, al volver a tierra, continuar llorandolo. Anos despues
          reconocf que, inconscientemente, deseaba morir para estar de nuevo a
          su lado.
                Aun asf, con la voluntad que ten fa de cumplir cuanto el deseara,
          no abandone el  paracaidismo. Mi  vida y mi  destino estaban escritos
          entre la seda y las cuerdas del paracafdas, y no guise renunciar a el.






















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