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Al referirse al teatro estático, término acuñado por el hecho de que al final parece que ha amanecido y,
Maurice Maeterlinck, Pessoa dice que “se dirá que por eso, las veladoras callan-. La atmósfera creada
no es teatro”, debido a que “su enredo dramático no es difusa y liminar. Las veladoras nunca saben la
constituye una acción” y “las figuras no sólo no actúan, hora que es y, como dice la segunda de ellas en un
porque ni se mueven, ni hablan de moverse; sino que momento, al no saber la hora, “la noche pertenece
ni siquiera poseen sentidos capaces de producir más a sí misma… ¿quién sabe si podríamos hablar
.
una acción” Pessoa sospecha lo contradictorio de así, si supiéramos la hora que es?” El ambiente es
.
hablar de un “drama estático”, si entendemos drama lejano, misterioso e indefinido. Las veladoras están en
precisamente como el desenvolvimiento de una serie una sala difusa, casi abstracta, y en un momento del
de acciones en el escenario. Sin embargo, cuando día indeterminado, cuando ya está dejando de ser de
leemos O Marinheiro y, aun más, cuando vemos la noche, pero aún no ha amanecido. En esta indefinición
puesta en escena del Teatro Matacandelas, intuimos espacio-temporal, las cosas y los personajes pierden
que la ausencia de acción en el escenario va un también su identidad: dejan de ser lo que son y se
poco más allá de la inmovilidad de los personajes y convierten en fantasmas, en misterios y lejanías.
depende, en últimas, de algo sobre lo que discuten Cuando la tercera veladora pregunta –sin esperar
las protagonistas de la obra y que también ayuda una respuesta, porque todas las preguntas de la
a explicar su inacción: los sueños. Surgen, pues, obra parecen ser hechas sin intención- si hay alguna
algunas preguntas: ¿Cuál es la relación entre la razón para que una cosa sea lo que es: “¿existe para
naturaleza de los sueños y la forma en que es posible ello una razón verdadera y real como mis manos?”,
representar la obra? ¿Hay alguna relación entre el la segunda veladora responde: “las manos no son
verdaderas ni reales…son misterios que habitan
lenguaje onírico y el lenguaje teatral en esta puesta
nuestra vida…a veces, cuando contemplo mis manos
en escena?
.
“NINGúN SUEÑo aCaBa”: Imagen cortesía: Centro Cultural Los personajes de O Marinheiro son tres veladoras tengo miedo de Dios” Las cosas y las personas van
perdiendo su realidad, su esencia y su concreción, al
mismo tiempo que los personajes se fragmentan y su
inmóviles que hablan y se cuentan historias, como
o MaRINHEIRo y EL TEaTRo la que narra la segunda veladora sobre el sueño que yo se convierte en algo separado de su cuerpo, de su
alma y de su voz.
tuvo de un marinero que a su vez soñaba con una
MaTaCaNDELaS EN LoS aNDES patria y un pasado distintos al suyo. Estas palabras
se dicen frente al cadáver de una cuarta mujer y con
la sospecha de que hay una quinta persona en esa
Por: Liliana Galindo Este texto, que es la única
Estudiante de Maestría en estudios Literarios, sala. La obra transcurre, según la primera acotación
Universidad Nacional de Colombia de lugar, en la sala de un castillo antiguo que tiene obra de teatro completa que
una ventana a través de la cual se alcanzan a ver Fernando Pessoa escribió y
l leer O Marinheiro: drama estatico em um cuadro (El Marinero: drama montes y un trozo de mar. Además, es de noche, publicó en vida, fue llevado a
Aestático en un cuadro) surgen, de entrada y desde el título mismo, aunque ya está amaneciendo. Así queda dibujado el escena por primera vez en 1957
preguntas sobre el carácter de esta obra teatral y sobre sus posibilidades de cuadro escénico desde el principio, cuadro que se en el Teatro Ensaio de Lisbon
puesta en escena. Este texto, que es la única obra de teatro completa que mantendrá inmutable durante toda la obra-salvo por
Fernando Pessoa escribió y publicó en vida, fue llevado a escena por primera
vez en 1957 en el Teatro Ensaio de Lisbon. No obstante, el texto escrito por
Pessoa sugiere que su puesta en escena es problemática no porque sea
irrepresentable –como se han denominado injustamente algunas obras de
teatro del siglo XX-, sino porque su representación implica un cuestionamiento
sobre lo que significa poner en escena un texto escrito y sobre los límites
difusos que el teatro puede establecer entre la ficción de unos personajes
que juegan sobre el escenario y la realidad de unos espectadores que
presencian y no sólo observan un acontecimiento que ocurre ante sus ojos.
Es por esto que cuando asistimos a la puesta en escena dirigida por Cristóbal
González del Teatro Matacandelas de Medellín (asociación creada en 1979
y proclamada Patrimonio Cultural de la Ciudad de Medellín en 1991) y que
presentó en el Auditorio Mario Laserna, el pasado 19 de agosto, no podemos
dejar de preguntarnos sobre los mecanismos y los recursos teatrales que
este colectivo empleó para representar esta obra de Fernando Pessoa,
seleccionando y tomando decisiones a partir de lo que el texto escrito sugería.
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