Page 24 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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Unos años después, en la ciudad de Milán, la madre de Agustín
expresaría todo su dolor y preocupación por él. Un día, casi
impotente, acudió a un obispo de gran fama por ser sabio y por
ser santo para que le ayudara a convencer al hijo del error en
que se encontraba; este conociendo el talante del muchacho y
el historial de la madre no se preocupó ni en lo mínimo, solo se
limitó a decirle que un hijo de tantas lágrimas jamás se podía
perder. Estas palabras, le trajeron paz y continuó con la lucha
interior conquistando para el Señor, no solo un hijo, sino un
gran apóstol.
Hablar de Agustín no es fácil, la intensidad de su vida,
desborda el tiempo que vivió. En tres años de estudios conocía
las artes y las ciencias de aquella sociedad. En tres años,
aprendió de todo, vivió de todo y su corazón todavía estaba
inquieto. Algo le faltaba, ¿qué era ese algo?, ¿cómo
encontrarlo?, ¿a dónde ir?, ¿qué hacer?, ¿por qué aquel estilo
de vida no le satisfacía?, ¿tendría razón su madre al hablarle
de la fe? Pero él no entiende la fe de su madre, es absurdo;
nada de lo que se encuentra en la biblia tiene explicación.
Así transcurría su vida buscando un no sé qué. Hasta que se
le ocurrió interrogarse por la verdad, hasta que se le ocurrió
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