Page 28 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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en conflicto con sus solicitudes, quehaceres y costumbres
cotidianas. La ilusión de tener un hijo fue para Agustín de gran
ayuda, a tal punto que lo consideró como un regalo de Dios en
medio de aquella lucha interior. A ese hijo le puso el nombre
de aquella experiencia, Adeodato, regalo de Dios. Aun así,
nada sustituía el anhelo de la verdad, incoado en su corazón.
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