Page 27 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
P. 27
Hortensio” de Cicerón!, y lo decía con gran intensidad, hasta
se le iluminaba el rostro, cuando pronunciaba el nombre. Lo
leyó tantas veces que se dejó impregnar por los consejos de
aquel libro. Ese momento fue, un momento de gracia. Andaba
como en el aire suspirando por el ideal de los hombres que
buscaban, ya no los bienes terrenos, sino los bienes eternos.
¡Cómo suspiraba Agustín por la sabiduría!
Es increíble. Se dejó impactar tanto por este libro, que la idea
de buscar la sabiduría lo acompañó siempre, hasta llegó a
pensar en un proyecto filosófico. Esto lo planeó estando en
Roma para vivirlo en Milán. Invitó a unos amigos para que
juntos vivieran, en una finca, dedicados a la contemplación, a
la investigación, al estudio y a la vida sumergida entre
pensamientos, reflexiones y meditaciones. Hasta pensaron
llevarse a sus mujeres, con las cuales tenían compromisos. El
proyecto no funcionó y Agustín continuó buscando siempre un
algo más, porque el ideal filosófico tampoco le llenaba del todo
sus vacíos.
Las ofertas como profesor de retórica eran abundantes; los
juicios públicos en la corte eran continuos; y así, el deseo de
elevarse por la cima de la reflexión y la contemplación, entraba
31