Page 49 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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CAPÍTULO DOCE
E
l principal enemigo del imperio era el principal amigo
de los pobres; el principal enemigo del imperio era
un hombre sin precedente. Jamás se doblegó ante
las arbitrariedades e injusticias imperiales; jamás dejó
desamparado a un pobre por falta de valor; nunca renunció a
su Iglesia Católica para obtener una prebenda imperial.
Ambrosio siempre trabajó sin descanso, a tal punto que,
cuando Agustín ya había aceptado la fe católica, lo buscaba
para platicar y esperaba que terminaran las grandes filas de
gente, para entrar con él; otras veces, simplemente, al verlo
metido en la oración y meditación ni se le ocurría molestarlo;
daba la vuelta de regreso a casa.
Ese enemigo número uno del imperio era Ambrosio, el Obispo
de Milán; por tanto, enemigo del tierno y amigable orador. El
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