Page 51 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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Eran un manjar. Más que con las palabras, a él se le llegaba
con los libros. Esta vez, cayeron en sus manos escritos de
sabios antiguos, adaptados a su época; todos relacionados
con la vida del hombre, tema que le apasionaba.
Mientras leía estos libros se quedaba como ausente, se perdía
en la meditación, elevaba su corazón a un estado de reflexión
profundo. Incluso al caminar llevaba en sus manos estos libros,
y mientras profundizaba perdía la dirección hacia donde se
encaminaba. Eran su alimento al despertar y antes de dormir.
Estaba nadando aquellas aguas de la interioridad. Hasta los
amigos temían perderlo porque les daba menos tiempo. Era
normal este comportamiento, hacía mucho que buscaba
respuestas a sus preguntas y parecía que las estaba
encontrando. Él reconocía que su modo de actuar comenzaba
a modificarse.
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