Page 54 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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oración. Su vida era un constante estudio y, sobre todo, su vida
se había hecho una con el amor. Si estaban de por medio las
necesidades ajenas, se relativizaba a sí mismo. Llegó a decir
que: “el Amor era su peso y que por él era llevado a donde
quiera que fuera”. También dijo que: “quien ama puede hacer
lo que quiera”. Durante su vida como obispo nunca fue
indiferente a los problemas de la gente de Hipona.
Hipona, la real. Esa ciudad tenía algunas características de
Cartago, de aquella que he mencionado antes. En Hipona, que
estaba a la orilla del mediterráneo, residieron los reyes de
Numidia; había gran movimiento de personas y de comercio.
La caracterizaban la exportación de trigo y de vino y el trabajo
del mármol. En esta ciudad estaban más arraigadas las
costumbres de África del norte. Era apetecida por los romanos,
la llamaban “el granero del imperio”. Lo que se vivía en
Tagaste, pueblo pequeño y acogedor, en esta ciudad se vivía,
pero de una manera más amplia.
Fue en Hipona, localidad tan importante y de tan variadas
costumbres, donde Agustín vivió y sirvió como obispo. Para
aquella gente, incluso para los más viciosos, Agustín era un
Padre y lo respetaban como tal, sobre todo, lo querían. Dos
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