Page 69 - Comparto 'Vida de San Agustín' con usted
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humano-espiritual.  La  complementación  de  estos  elementos

                  entre sí, era el anhelo que lo mantenía despierto.




                  Después que hizo planes monásticos, su hijo Adeodato, junto


                  con él, se encaminaron hacia el obispo Ambrosio para que los

                  bautizara. Una vez bautizados, ya nada los retenía en Milán.


                  Así que, optaron por regresar a Tagaste. No esperaron mucho

                  tiempo, se embarcaron en cuanto pudieron, fue un recorrido

                  extraordinario. En Ostia, su madre enfermó y murió sin poder


                  llegar hasta su lugar de nacimiento, donde estaba el cuerpo de

                  su  esposo  Patricio.  Mónica  murió,  pero  antes  pidió  que  la


                  enterraran  en  cualquier  lugar;  al  fin,  solo  la  retenía  en  este

                  mundo la conversión de su hijo y, visto el milagro, ya nada más


                  le interesaba.




                  Agustín,  con  la  muerte  de  la  madre,  sufrió  muchísimo.  No

                  lograba controlar el dolor ni las lágrimas, solo cuando se daba


                  un  baño,  lograba  contener  un  poco  el  deseo  de  llorar;  pero

                  luego, al recordarla le venía el dolor a su alma.




                  En poco tiempo vendió la casa de su madre. La repartió a los

                  pobres.  Formó  la  primera  comunidad  monástica,  con  siete


                  hermanos. Su felicidad era enorme, estaba viviendo su sueño.






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