Page 88 - Llaves a otros mundos
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entretenido de toda su vida.
Se echó agua en la cara y cuando se incorporó oyó un tintineo hueco. Volteó a
ver de dónde venía el ruido y en el borde de la taza levantada vio a Trece
tambaleándose. Seguramente se le había caído de la piyama o de alguna parte.
No tuvo tiempo de pensar en eso porque la llave estaba a punto de caerse en la
taza.
La alcanzó a tomar, pero por el movimiento brusco se resbaló y su mano, con
todo y Trece, se metió en el hoyo inundado de la taza. Por el asco, Ana hizo un
movimiento con la mano muy parecido a girar la llave, y la taza la succionó
completa como con un popote.