Page 112 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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—¡Oh, qué terrible! Encontrar lo que está perdido y que, al mismo tiempo, es

               imposible esconder.

               —¿Qué quieres decir?


               —Nada, mi querido rey, no quiero decir nada. Pero ¡qué barbaridad!, se ha hecho
               muy tarde y recuerdo que usted tenía prisa por partir, así que lo acompaño a la
               puerta.


               Cuando escuché los ligeros pies del elfo arrastrarse en la madera, me agazapé
               cuanto pude en un arbusto bajo la ventana, pero lo moví sin querer, lo que hizo
               relinchar al caballo. Supuse que, por fortuna, tanto el rey como el elfo
               adjudicaron la alerta del animal a los sonidos procedentes del interior del

               enorme tronco.

               Se escuchó la puerta abrirse. Los pasos del rey eran firmes, casi militares; los
               del elfo, en cambio, eran tan suaves que se requería de un oído muy fino para

               percibirlos.

               —Espero verlo pronto de nuevo, estimado rey. Disfruto bastante de su compañía.


               El rey no respondió, pero vi cómo fijó la vista en un mechón de cabellos rubios y
               opacos que adornaba tétricamente una de las ramas que sobresalían del tronco.
               Sin que nadie le preguntara, el elfo explicó su presencia:


               —Es una bella pieza, ¿no cree? Hay cosas que no tienen el valor de las piedras
               Reales, pero encierran historias fascinantes tras de sí. Se dice que ese cabello
               perteneció a una reina que antaño lució el brillo del sol en su melena. Vino a dar

               a mí a cambio de un extraño libro de mi propiedad. Una moradora de las
               profundidades del mar ansiaba tanto el libro, que accedía dárselo a cambio de un
               regalo especial, y me ofreció esto, pero como me pareció un trato injusto, le dije
               que sólo lo aceptaría si éste venía acompañado de una historia tan maravillosa
               como el contenido del libro.


               ”Resulta ser que la reina que poseía este cabello accedió a dárselo a una bruja
               a cambio de un espejo que le respondiera una pregunta desesperada. Era un mal
               trato, pues el cabello se quedaría para siempre con la bruja, una que adora el
               cabello de la realeza, y el espejo sería un préstamo para una sola pregunta. La
               reina debió estar realmente angustiada, pues accedió. ¿Quiere saber su
               majestad cuál era la pregunta de la reina?
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