Page 146 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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El escritor, que estaba impaciente, y apenas tenía uñas para seguirse mordiendo,
dudó un momento antes de teclear lo que llevaba buen rato en su cabeza:
—A veces dejar ir es la única forma de dejar vivir, así que termina de una vez,
que yo daré un largo paseo.
—Pero regresará para saber el final, ¿verdad?
—Sí —tecleó el escritor, y acto seguido tomó su abrigo y salió de nuevo a la
calle, donde una incipiente lluvia le bañó el rostro y le recordó que estaba
despierto, que realmente sus personajes habían cobrado vida en su computadora
y que, mientras él trataba de no perder la razón, ellos narrarían el final que él
mismo había ideado, pero que no se atrevía a contar.
—¿Mintió? —quisieron saber llene, Raki y Paulo.
—Sólo en parte, pero no escribiremos nada al respecto por ahora. Ilene, mejor
cuéntanos el final a tu manera.
—Será a la nuestra, Anjana, porque es difícil pensar en la vida antes de ti.
La dragona tomó aire y, sin lanzar fuego, comenzó a contar su parte:
La moradora del valle solitario
Hubo una época en que los dragones dominaban los cielos. Con su energía,
procedente del sol, daban calor a los habitantes del Mundo de los Cuentos de
Hadas; y con su fuerza, la valentía que los alentaba a superar la adversidad; y
con sus misterios, sueños a la imaginación. Pero de eso hace mucho, mucho que
nadie habla.
La guerra comenzó cuando el miedo invadió el corazón del Príncipe Valiente
que, jactándose de ser el responsable de brindar la paz a nuestro mundo, se
convenció a sí mismo de ser quien abanderaría la liberación de todo poder no
controlable. Y así, hadas, elfos, gnomos, duendes, ninfas y demás criaturas de
magia mística fueron relegadas ante el dominio de los hombres y confinadas a