Page 40 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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—¿Quiere decir que contaremos con su encantadora presencia año con año? —

               preguntó la reina con una sonrisa más que falsa.

               —Así es, su majestad —respondió Emisario—. Supongo que no tiene ningún
               inconveniente.


               —Ninguno; sólo pensaba en que si alguien más retratará a mi futura hija, esa
               misma persona podría traer y llevar los obsequios y, de ese modo, usted se
               evitaría un viaje tan cansado, pues debe ser un hombre sumamente ocupado.


               —No se preocupe; me encanta su reino. Además, soy yo quien hará el retrato de
               la hermosa princesa.


               A la reina, la sonrisa se le desdibujó del rostro, para placer de Emisario, quien
               agregó:


               —Y como muestra de la buena voluntad del Príncipe Encantador, y a sabiendas
               de que ustedes aceptarían su generosa oferta, he aquí el primero de los regalos
               para la aún no nacida princesa.


               Emisario indicó a un asistente, que pusieron a su servicio cuando llegó al reino,
               que acercara a la reina una caja mediana envuelta en papel azul.


               —Ya que por ahora la hermosa princesa yace en su vientre, su majestad,
               considero pertinente que sea usted quien reciba y abra el obsequio —dijo
               Emisario.


               La reina tomó el presente con ambas manos y, ante la mirada expectante de los
               presentes, sacó de la caja el retrato de un simpático bebé de color azul.
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