Page 45 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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reina se daba tiempo de mantener correspondencia constante con algunos —
afamados y no tanto— magos y brujas de todos los rincones del Mundo de los
Cuentos de Hadas. El objeto de cada misiva era asegurar el nacimiento de una
princesa y no de un príncipe.
Las recetas y recomendaciones iban desde las más curiosas, como que la reina
sólo consumiera cosas dulces durante todo el embarazo, hasta las más crueles o
descabelladas, como beber la sangre de un unicornio recién nacido en un
cuenco formado con las plumas de los cisnes de la corte de la Princesa
Encantada del Lago. Salvo por las que se le hacían inconcebibles, como esta
última, o las hechas con mala intención por los practicantes de la magia oscura,
la reina seguía al pie de la letra cada recomendación, así que no era extraño
verla bañándose en leche endulzada con miel, comiendo pétalos de todas las
flores disponibles en palacio o llevando a cuestas conejos blancos durante el
día.
El rey, quien al principio se mostró participativo en dicha correspondencia, la
dejó de lado tras leer la carta de la Bruja del Mar, la cual decía:
Estimada reina, mía:
Yo soy capaz de darte esa anhelada hija a cambio de un humilde acto : cubre
tu cuerpo con (a mitad de tu sangre hasta teñirlo de rojo durante (a próxima
(una nueva Báñate en mis aguas y tíñelas de tu linaje real y, si sobrevives,
tomaré tu ofrenda como válida y concederé a tu vientre, al volver a (a costa,
una niña tan hermosa como tú, y con los cabellos rojos como el fuego, como
las amapolas que enloquecen a los hombres en el Valle de la Muerte, y como
tu propia sangre.
Después de todo, ¿qué es la mitad de la sangre de una reina a cambio de evitar
el desvanecimiento de un pueblo entero en el olvido?
La Bruja del Mar