Page 48 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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—No te preocupes, no era, ni de lejos, tan original.
Tras un silencio que parecía enfriar el lugar, la reina preguntó al rey:
—¿Y crees que vaya a ser feliz con el Príncipe Azul?
—No lo sé. Últimamente ya no sé qué pensar, salvo lo que pasará una vez que
nazca Anjana.
—¡Oh!, claro, el hechizo y todo eso.
—Así es. Hay una parte de mí que siente mucha culpa por dar la vida a una niña
que, sin pedirlo, y por el simple hecho de ser nuestra hija, será condenada a un
tipo de tragedia, únicamente para cumplir el guion típico de nuestro mundo.
—Con suerte no será tan malo.
—¿También lo has pensado?
—Todas las noches. Y caigo en la cuenta de que éramos muy afortunados de
reinar en este mundo olvidado; antes de ser integrados, de forma involuntaria, a
los reinos que tendrán su propio libro. A veces fantaseo con que el hechizo será
una cosa simple, como quedarse dormida o permanecer en una torre solitaria.
—Pero la soledad también duele.
—Lo sé. Y otras noches no puedo dormir pensando en qué pasará si el Príncipe
Azul no está listo para superar la prueba, al mago, a la bruja, al trol, al dragón…
¿Qué va a pasar con Anjana si su linaje lo vuelve confiado o vanidoso o torpe?
El rey escondió una mueca antes de responder.
—No pasará tal cosa. Me aseguraré de saberlo y tomaré las previsiones
necesarias.
—¿Qué quieres decir?
—En Muy Lejano ya construyen, en una de las alas del castillo, un campo de
entrenamiento para que su heredero tenga un triunfo épico en esta historia.
—¿Cómo lo sabes?