Page 50 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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Con sonrisas mutuas, que brindaban calor al salón, los reyes se abrazaron y
bailaron lentamente el que fuera su primer vals. No había música, pero ambos
tenían las notas y el compás en la mente. Tras la última vuelta, la reina rio en
medio de una mueca de dolor.
—¿Pasa algo? —preguntó alarmado el rey.
—Sí, que ya no somos aquellos adolescentes, y que necesito que me hagas dos
favores: llama a mis damas y prepárate porque esta noche serás papá.