Page 47 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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en el gran salón donde Emisario los había visitado hacía poco más de nueve
meses.
—He pensado en un nombre para la niña —dijo la reina.
—Yo también lo he hecho.
—¿Quieres decírmelo?
—Dime primero el que has pensado.
—Anjana —susurró con voz trémula la reina mientras acariciaba su barriga.
—¿Como las hadas de la Cantabria?
—Sí.
—¿Hay alguna razón?
—Sí, que estoy cansada de que las cosas sean blancas o negras, buenas o malas,
y las anjanas de la Cantabria son las únicas hadas en nuestro mundo que
responden a cierta lógica al emplear su magia, pues hacen cosas buenas con
quienes son bondadosos y castigan a quienes hacen el mal.
—¿Crees conveniente tener la posibilidad de pensar en algo que no sea hacer el
bien?
—Pienso que actuar debe responder a algo más que a una condicionante.
—¿Y no se dice que son muy traviesas esas hadas? ¿Qué pasará si hereda eso?
Se rumora que en nuestro mundo el nombre es destino.
—Ya ves que no siempre es así. Al parecer, la Reina Bondadosa no se opuso a la
decisión del Príncipe Encantador de declararnos la guerra, y dicho acto no fue
precisamente encantador ni bondadoso. Y si resulta así, dará algo que hacer al
Príncipe Azul.
—Pues Anjana será —declaró el rey con una sonrisa sincera y posó la vista en la
barriga de la reina.
—Pero no me dijiste cuál era el nombre que habías pensado.