Page 36 - Un poco de dolor no daña a nadie
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Pero el que sabía muy bien que Chayo no estaba bromeando era Kevin. Le había
hecho pedazos a su nene favorito y ella no se quedaría con los brazos cruzados.
Evitó el contacto con ella y con el tapanco, a pesar de que ahí estaba Clara Luz.
Durante tres o cuatro días la rutina transcurrió sin contratiempos. Incluso llegó a
la conclusión de que Chayo se había resignado. Si pasaba a su lado, ya ni se
dignaba a mirarlo.
Por esos días de repente la abuela volvió a hablar sola, a pelear con sombras que
solamente ella veía y a hundirse cada vez más en la locura. Se desconectaba del
mundo y se quedaba horas y horas frente al televisor apagado, sentada en su
mecedora, soltando una que otra carcajada. Una vecina le dijo que estaba
enferma y que lo mejor era llevarla a un hospital o a un asilo de ancianos donde
pudieran atenderla, puesto que él solo no podría hacerlo. Y era cierto, porque
algunas veces la abuela ni siquiera lo reconocía.
—Abuela, soy yo: Kevin.
La abuela tenía la mirada extraviada en el vacío.
Él se sintió solo, más solo que nunca. Pensó que lo mejor era quedarse con ella y
hacerle compañía, pero para ello tendría que renunciar al empleo en la tienda…
y a la presencia de Clara Luz. Al día siguiente le avisaría a doña Chole que se
iba.
Llegó temprano; era sábado y pensó que lo mejor sería dar aviso a la hora de
salida, para obtener la paga de la semana completa. Realizó las diversas tareas
que le encomendaron y notó que era día de cambiar aparadores. Ya no quería
subir al tapanco. De seguro que si Chayo le informó a doña Chole que había roto
el maniquí de Ricardito, le saldría debiendo y regresaría a casa con los bolsillos
vacíos. Pasó la mañana, la tarde, y el sol comenzó su despedida. Aún no veía a la
dueña de El Competidor y eso lo inquietaba.
A las 16:30, mientras juntaba bolsas de polietileno, Chayo se paró detrás de él y
le dio una indicación:
—Ah, qué bueno que te veo; dijo doña Chole que antes de irte vayas al tapanco.
—¿Doña Chole? ¿Está ahí? —se le enfrió la sangre—. ¿Le dijiste lo que le pasó
a… a… Ricardito?