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Bases del aprendizaje deportivo. Tema 3 – Metodología y gestión de grupos
sesiones, materiales que se utilicen en las mismas y, en definitiva, todo aquello
que esté relacionado con el buen funcionamiento de los entrenamientos o
competiciones.
• ANIMADOR: Igualmente importante será la faceta de animador. El Técnico deberá
intentar que sus sesiones sean los más amenas y motivadoras posible. Como
hemos visto en temas anteriores, la motivación está intrínsecamente relacionada
con el rendimiento, por lo que será fundamental que el Técnico sea capaz de
conseguir hacer motivadoras dichas sesiones ya que así aumentará el rendimiento
de sus deportistas. Esto lo puede conseguir de maneras muy distintas.
Fundamentalmente vamos a referirnos a dos tipos: las que tienen que ver con la
tarea y las que tienen que ver con su actitud. En cuanto a la tarea, las formas de
funcionar pueden ser muy variables. Así, para fomentar la motivación lo ideal
serán tareas variadas, que sean novedosas, que fomenten la diversión y que
planteen un reto, pero que éste sea alcanzable (ni demasiado fáciles ni demasiado
difíciles). En cuanto a la aptitud del Técnico, este deberá estar siempre implicado
en lo que se está haciendo. Igualmente deberá ser capaz de manejar el equilibrio
entre ser distendido y cercano con el saber ser exigente, para sacar lo mejor de sus
deportistas.
• LÍDER: En esta faceta, el Técnico deberá ser capaz de descubrir los intereses de los
alumnos y conseguir que se identifiquen con él. Cuanto más identificados se
sientan los deportistas con su Técnico, mayor será el grado de implicación para con
el Técnico. Así, si un Técnico consigue que sus deportistas se identifiquen con él,
será mucho más fácil que acepten sus premisas y que le sigan en todo lo que él
necesite.
Finalmente la colocación del Técnico Deportivo durante la realización de los ejercicios
reviste gran importancia. Deberá tener en todo momento una visión del conjunto del grupo,
incluso cuando esté ayudando o asegurando un ejercicio en cualquier actividad, permitiendo la
existencia de una buena comunicación con el grupo y que por tanto no se produzcan
interferencias en la presentación de las tareas propuestas. Así nos podremos encontrar dos
tipos diferentes de situación:
• Fuera del grupo. El profesor se coloca en una posición en la que controla a todo el
grupo. Por ejemplo, al dar la información inicial, al ofrecer algún conocimiento de los
resultados grupal o cuando quiere observar cómo es la participación haciendo un
“barrido con la mirada”.
• Dentro del grupo. El profesor evoluciona por el interior del grupo. Por ejemplo, cuando
proporciona conocimiento de los resultados individuales o cuando quiere aumentar la
motivación y participación con los alumnos.
No se debe abusar de ninguna posición determinada; por el contrario debemos buscar
una evolución equilibrada en función de la edad de los niños o del tipo de sesión.

