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Deporte adaptado y Discapacidad. Tema 4 – Orientaciones metodológicas
TEMA 4. ORIENTACIONES METODOLOGICAS DEL DEPORTE ADAPTADO
Se debe de emplear una metodología activa que permita una máxima participación de
todos los individuos en las actividades, tengan o no algún tipo de discapacidad. Este debe de
ser el primer criterio a tener en cuenta en el planteamiento metodológico que se elija. Ningún
participante debe de ser marginado o apartado de las actividades diseñadas a causa de su
discapacidad. Antes al contrario, se deben buscar fórmulas y estrategias didácticas que
faciliten e, incluso, inciten al deportista a buscar soluciones y respuestas motrices en común.
A partir de esta idea básica se puede elaborar un planteamiento metodológico de
acuerdo con las informaciones obtenidas del análisis acerca de las posibilidades e intereses de
los deportistas discapacitados.
Cualquier planteamiento que obvie estos parámetros está condenado a la posibilidad
de un fracaso, bien porque los deportistas se desmotiven por unas actividades que no les
gustan, bien porque, aun gustándoles, no se adecuan a sus posibilidades.
Otra de las ideas fundamentales que impregnan esta opción de una metodología
activa, en la que el discapacitado construye sus aprendizajes a partir de lo que conoce y
experimenta, es que en las actividades deben participar todos los deportistas que lo deseen,
buscando la persona responsable de la actividad, argumentos y estrategias que inciten a los
deportistas sin discapacidad a participar en actividades en las que sus compañeros con
discapacidad pueden necesitar su presencia, bien como compañeros de juego o bien como
colaboradores.
El acercamiento del deportista a las características del juego o de la actividad debe ser
espontáneo y natural, dejando al participante la libertad para que siga un ritmo de
aprendizaje, su ritmo. Es importante, por encima incluso de las exigencias reglamentarias,
técnicas y tácticas, que se lo pasen bien y disfruten al máximo con la propia dinámica del
juego.
Es obvio que una planificación de actividades que no tenga en consideración las
características motrices de los participantes está condenada al fracaso.
Las personas que presentan algún tipo de desorden o alteración en algunos de sus parámetros
anatómicos, fisiológicos, neurológicos, cognitivos, etc., necesitan un tipo de atención más
personalizada, más que nada para evaluar y definir con objetividad las posibilidades motrices y
de expresión con las que cuentan.
Sobre estas capacidades presentes, y teniendo en cuenta sus handicaps, deben
plantearse las actividades físicas y deportivas, a través de las cuales va a poder disfrutar con
sus compañeros y mejorar su bagaje motor.
Por ello, se propone el análisis de algunos de los parámetros que son determinantes en
la actividad física:
• El tono muscular que tiene el deportista: si está habitualmente aumentado,
disminuido, fluctuante, etc.
• El balance muscular y articular, para detectar posibles contracturas, deformidades,
alteraciones funcionales, etc.
• La alineación de la columna, por si existieran alteraciones en sus curvaturas naturales
(escoliosis, hiperlordosis, etc.).
• La capacidad de comprensión e interpretación de los mensajes que recibe.