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Deporte adaptado y Discapacidad. Tema 4 – Orientaciones metodológicas
Introducir actividades individuales cuando sea necesario afianzar algún contenido.
Cuando algún participante, a causa de su discapacidad, no pueda participar en la misma
actividad que el resto de sus compañeros, se debe plantear una actividad específica para él,
ajustada a sus posibilidades de ejecución; esto no significa, en modo alguno, un apartamiento
o marginación del grupo o hacerle de menos; muy al contrario, es una intervención que le
permite seguir en el grupo trabajando de otra manera, pero buscando desarrollar las mismas
capacidades que se han planteado para el resto de sus compañeros
Por ejemplo, en una sesión en la que se está trabajando el toque de dedos en voleibol,
y en el grupo se incluye un alumno que es ciego, se puede plantear que éste trabaje con un
balón sonoro con otro compañero vidente, lanzando y recibiendo el balón con las dos manos
desde distintas direcciones.
Cuando surjan dificultades o conflictos en alguna actividad, se puede plantear que
todos los integrantes del grupo participen en la búsqueda de la solución más adecuada.
Muchas veces la imaginación en un momento determinado frente a un problema puntual
hacen más fluida la marcha de la actividad y permiten superar el problema planteado.
Es positivo para todos los participantes descubrir, por ejemplo, cómo se percibe un
juego con un balón por medio cuando hay ausencia de visión. En este sentido, la vivencia de
esa nueva situación ayuda a encontrar recursos que ofrecer al compañero ciego durante la
actividad.
Utilizar estrategias para centrar la atención del grupo en aquello que es
verdaderamente importante. A veces, los deportistas con dificultades de aprendizaje, debido a
retraso mental, por ejemplo, demandan que la información se focalice en los aspectos
importantes de lo que se pretende transmitir, pues pueden perderse en una amalgama de
detalles poco relevantes y que desvirtúan los aspectos centrales del mensaje.
Por ello, sería necesario que ante una explicación relevante antes de una actividad, el
responsable de la actividad comentara: fijaos bien, es muy importante que..., prestad especial
atención a..., no olvidéis que..., con lo que se puede lograr que el participante que presenta
una mayor dificultad en la captación y/o interpretación del mensaje se entere bien de lo que
ha de hacer, por qué y para qué.
Los responsables de las actividades han de conocer muy bien qué problemas pueden
presentar alguno de sus participantes y valorar cuál es la mejor manera de informarles acerca
de lo que se pretende realizar, conociendo al mismo tiempo si el mensaje ha sido bien recibido
y entendido.
Plantear las actividades de forma muy amplia para todo el grupo, proponiendo
distintos niveles de dificultad o con distintas adaptaciones. De lo que se trata es de abrir el
abanico de posibilidades motrices para llevar a cabo la actividad y conseguir así el objetivo que
se había planteado.
En la propuesta que se haga para propiciar la participación en la actividad de un
participante sordo, por ejemplo, o que utiliza silla de ruedas, o que no ve, etc., hay que
procurar que no se pierda un ápice del interés por la actividad. A veces ocurre que se plantean
modificaciones o adaptaciones a un juego tan significativas y complicadas que se desvirtúa la
actividad hasta casi hacerla irreconocible.