Page 103 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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SEGUNDA  RENOVACION  DE  LA  LIGA  CORINTIA         95

      tas:  sería,  les  dijo,  indigno  de  él,  de  los  macedonios  y  de  los  helenos,  pensar  en
      bodas  ni  en  tálamos  nupciales  cuando  ya  el  Asia  se  estaba  preparando  para  la
      lucha.  ¿Acaso querían  que esperase cruzado  de  brazos  a  que  llegasen  a  sus  costas
      las  flotas  de  los  fenicios  y  de  los  chipriotas,  ya  movilizadas,  y  a  que  el  ejército
      de tierra del gran rey, que había  recibido ya  órdenes  de  disponerse para la  guerra,
      se pusiera en marcha y cruzara el Tauro?  No, ya no había tiempo que perder, si se
      quería  conquistar  el  Asia  Menor  y,  con  ella,  la  base  para  ulteriores  operaciones.
          Cuentan las  fuentes  que Alejandro  procedió  en  todo  como  si  se  dispusiera  a
      separarse de Macedonia,  su patria,  para siempre.  Regaló  a  sus  amigos  todo lo  que
      le pertenecía dentro del país,  sus fincas, sus bosques y sus  aldeas, incluso los  tribu­
      tos  portuarios  y  otras  rentas,  y  como  Pérdicas,  cuando  ya  lo  había  repartido  casi
      todo,  le preguntase  qué  dejaba  para  sí, le  contestó:  “la  esperanza”;  al oir lo  cual,
      Pérdicas se negó a aceptar la parte que le había tocado en el  reparto y dijo:  “Pues
      déjanos a los  que vamos  a  luchar a  tu lado  que  compartamos  también  contigo  la
      esperanza”, y su ejemplo  fué seguido por  muchos  otros amigos  del rey.  Es posible
      que  este  relato  peque  de  exagerado,  pero  no  cabe  duda  de  que  refleja  bastante
      bien el estado de ánimo reinante en la corte antes  de partir para la  guerra. Alejan­
      dro  supo  poner  estas  emociones  al  rojo  vivo;  el  entusiasmo  de  que  él  estaba
      poseído  inflamaba  a  sus  generales,  a  la  nobleza  caballeresca  que  le  rodeaba,  a
      todo  el  ejército que  había  de  seguirle/ Conducidos  por  aquel  héroe juvenil,  sen­
      tíanse capaces  de retar a la lucha a todo  un mundo,  y  seguros  cíe^su*victoria. ^
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