Page 105 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
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CAPITULO I
Preparativos para la guerra.—El sistema monetario.—Orbita de poder de Mace
donia.—El ejército de Alejandro.·—El imperio persa.—Alejandro cruza el
Helesponto.—Batalla del Gránico.—Ocupación de las costas occidentales del
Asia Menor.—Conquista de Halicarnaso.—Marcha a través de Licia, Panfi-
lia y Pisidia.—Organización de los nuevos territorios.
A p r i m e r a vista, la empresa acometida por Alejandro parece guardar una enor
me desproporción con los recursos de que disponía para llevarla a cabo. En
realidad, la derrota del enemigo en el campo de batalla no era más que la mitad
y aun menos de la mitad de la obra que se proponía realizar; la parte más impor
tante consistía, sin duda, en asegurar y consolidar duraderamente los éxitos de
las armas.
La extensión geográfica del conjunto de países de cuyas fuerzas podía dispo
ner para la conquista del Asia apenas representaba la trigésima parte del imperio
persa; y no menos desigual era la proporción numérica de las masas de población
de uno y otro lado, así como la de las fuerzas armadas que ambas partes podían
movilizar por mar y por tierra. Si a esto añadimos que, al morir Filipo, Alejandro
se encontró con que el tesoro del estado macedonio estaba agotado y gravado,
además, con una deuda de 500 talentos, mientras que en las arcas del gran
rey, en Susa, en Persépolis, en Ecbatana, etc., se acumulaban enormes cantidades
de metales preciosos y que Alejandro, al terminar sus preparativos de guerra, para
los cuales había tenido que contraer empréstitos por valor de 800 talentos,
sólo disponía de 60 talentos para lanzarse a la campaña contra el Asia, se agigan
tan todavía más las proporciones de su empresa y ésta adquiere a nuestros ojos
los caracteres de una aventura temeraria y hasta quimérica.
PREPARATIVOS PARA LA GUERRA
El carácter de las fuentes históricas que han llegado a nosotros no nos
permite encontrar en ellas la clave para contestar a todos los problemas que en
este punto se nos plantean. El mismo razonable Arriano se limita a exponer
la marcha de las cosas, casi exclusivamente la trayectoria militar de la campaña,
intercalando alguna que otra consideración de orden moral sobre su héroe y
citando apenas por sus nombres a quienes le secundaron en ella con el consejo
y con la acción; nada nos dice acerca de la administración, las finanzas, la orga
nización política, el servicio de cancillería, el gabinete del rey, ni acerca de las
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