Page 116 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
P. 116
110 EJERCITO DE ALEJANDRO
nos de sus comarcas y en las innumerables guerras de guerrillas bajo el mando
de sus cabecillas locales, estos contingentes prestábanse magníficamente para
los combates rápidos, para cubrir las marchas y, en general, para todas aquellas
operaciones que a comienzos del siglo xviii se encomendaban a los panduros, a
los húsares, a los ulanos y a los tártaros.
Entre la infantería ligera, las tropas más importantes en cuanto al número
eran las tracias, mandadas por Sitalces, que sería probablemente uno de los
príncipes de aquella nacionalidad. El hecho de que estas tropas se hallasen agru
padas en varios taxis o regimientos es un indicio de su gran número; recibían el
nombre de acontistas o lanzadores de venablos y al parecer llevaban un escudo
pequeño como los peltastas, cuyas armas fueron copiadas, en general, de las de
los tracios. Venían luego los agríanos, que eran también acontistas y se hallaban
al mando de Atalo, probablemente hijo del príncipe Langaro. Finalmente, los
arqueros, una parte de los cuales eran macedonios y otra parte tropas mercenarias,
reclutadas en su mayoría, a lo que parece, en la isla de Creta. Apenas se daba
ninguna batalla en la que estas tropas y los agríanos no figurasen en primera línea.
El puesto de taxiarca o coronel de este regimiento hubo de proveerse por tres
veces en el transcurso de un año; al comenzar la guerra lo ocupaba Clearco.
La caballería ligera estaba formada por tropas macedonias y por peonios y
odrisios, pueblos cuyas cualidades como jinetes eran famosas en la antigüedad; no
ha sido posible averiguar, ni siquiera aproximadamente, su número. Los peonios
estaban mandados por Aristón y los tracios odrisios por Agatón, hijo de Trimas,
ambos probablemente de linaje principesco. Estas fuerzas de caballería y el cuerpo
macedonio de los sarissóforos, al mando del lincestio Amintas, se engloban bajo el
nombre de los prodomos o tiradores.
Estas tropas ligeras hicieron que adquiriese relieve en el ejército de Alejandro
un elemento que hasta entonces no había sido reconocido en todo su valor por
la estrategia helénica. En los ejércitos griegos anteriores a Alejandro, las tropas
ligeras no habían llegado a tener nunca gran importancia, ni por su número ni
por su empleo; por otra parte, estas tropas eran miradas siempre con cierto des
dén, pues o bien procedían del pueblo bajo o bien eran mercenarios de extrac
ción bárbara, cuya fuerza consistía en aquellas artes de la agresión pérfida, en
aquellos asaltos estrepitosos y en aquellas retiradas aparentemente desordenadas
que los guerreros helenos tenían por dudosas y repelentes. El mismo Brasidas,
famoso general espartano, confesaba que los ataques de estas tribus, con su
horrísono griterío guerrero y su amenazador tremolar de las armas, tenía algo de
espantoso y su transición arbitraria e inesperada del ataque a la fuga, del desór-
den a la persecución, infundía un espanto al que sólo la rígida disciplina de un
ejército helénico era capaz de hacer frente. Pues bien, ahora estas tropas ligeras
reclutadas entre los pueblos bárbaros eran parte esencial del ejército macedonio;
encuadradas dentro de él, podían desplegar en la acción las características pecu
liares de sus métodos nacionales de lucha y, al mismo tiempo, hallábanse sujetas