Page 111 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I

           se  le  hubiese  escatimado,  de  manera  afrentosa,  por  sus
           enemigos,4  y  que,  despojándolo  de  un  semestre  de  su
           mando  militar,  se  le ordenara regresar  a  Roma, cuando  el
           pueblo  había  decretado  que se tuviese en cuenta  su  candi­
           datura en ausencia 6  para los comicios electorales que esta­
           ban  por  realizarse.®          3  Que,  sin  embargo,  dicho  holo­
           causto  de  su  prestigio  lo  había  sobrellevado  con  ánimo
           resignado  en  aras  de  la  paz pública;  y,  habiendo  enviado
           una  carta al  senado, pidiéndole que todo general  con man­
           do  renunciase,  en  todo  caso,  a  sus  ejércitos,  ni  siquiera
           esto  había  logrado  obtener  de  dicho  cuerpo.7                  4  Que
           toda la Italia se hallaba sujeta a levas;  8  que se mantenían
           aún  a  disposición  del  gobierno  las  dos  legiones  que  le
           habían sido sustraídas  so  pretexto de  la  guerra contra los
           Partos; 9  que  la  ciudadanía  entera  se  encontraba  en  ar­
           mas. 10  Y ¿ a qué podía conducir todo ello sino a su propio
           perjuicio ?       5  Pero que,  sin  embargo, estaba  dispuesto a
           condescender  en todo,  a todo  soportarlo en aras  del  orden
           público,11  con  tal  de  que  Pompeyo  parta  rumbo  a  sus
           provincias,12  de  que  ambos  generales  depongan  el  man­
           do, 13  de  que  todo  mundo  en  Italia  abandone  las  armas,
           de que se libre  a  la  comunidad  de la  zozobra  en  que  vive,
           y  de  que  se  garantice  plenamente  al  senado  y  al  pueblo
           romanos  el  control  de  las  asambleas  públicas  libremente
           establecidas, así  como el del gobierno en general.14                  6  Y
           termina  proponiendo  que,  para  que  todo  ello  se  verifique
           del  modo más  fácil y mediante  estipulaciones  bien  precisas
           y  se formalice  por  juramento,  o  bien  se  acerque  a  César
           Pompeyo  o  bien  permita  éste  que  el  primero  acuda  a
           él:  que  así  pudiera  ser  que,  mediante  simples  pláticas,
           quedara  solucionado todo  el  conflicto  aquel.15

              X.         1  Habiendo aceptado la misión susodicha,  Roscio,
           en  compañía  de  César,1  acude  a  Capua,2  sitio  en  que
           encuentran a  los  cónsules y a  Pompeyo,8  a  quienes hacen
           saber  las  pretensiones  de  César.             2  Dichos  personajes,
           previa  discusión  del  asunto,  dan  respuesta  al  remitente
           enviándole,  por  conducto  de  los  mismos  emisarios,  una


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