Page 115 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


           desplazamiento,  sus  soldados  desertan,  regresando  a  su
           terruño. 5      3  Curión  ocupa Iguvio,  con gran  beneplácito
           de  todos  sus  habitantes. 6  Al  enterarse  de  tales  circuns­
          tancias,  César, confiando en la adhesión de los municipios, 7
           saca  de  sus  cuarteles  a  las  cohortes  de  la  legión  decima-
           tercera  y avanza  hacia  Auximo, 8  plaza  que,  gracias  a  las
          fuerzas en ella acantonadas, controlaba Attio,9  quien estaba  ,
          organizando  una  leva  por  todo  el  Piceno 10  con  la  ayuda
           de  senadores  comisionados  por él  al  efecto.11


              XIII.       1  Habiéndose  enterado  del  avance  de  César,
           los decuriones 1  de Auximo acuden en masa a Attio Varo;
           le  aclaran  que  aquel  conflicto  no  les  incumbe,  pero  que
          ni  ellos mismos ni  sus  demás  conciudadanos pueden  admi­
          tir  que  se  rehúse  a  Cayo  César  —un  general  acreedor  al
           reconocimiento  de  la  república  por  sus  hazañas  innume­
           rables—  el  acceso  a  la  ciudad  aquella  y  a  su  recinto;  2  y
          que,  por  ello,  pare  mientes  en  el  porvenir  y  en  su  riesgo
          personal.3         2  Impresionado  Varo  por  semejante  razo­
           namiento,  saca de la  plaza a  la guarnición  que tenía acuar­
           telada 4  en  ella  y  emprende la  retirada.             3  Ciertos  sol­
           dados  de la vanguardia  de César,  que le iban siguiendo los
          pasos,  oblíganlo  a detenerse.5             4  Entablado  el  combate,
           Varo es  abandonado por  sus tropas;  parte  de sus  soldados
           se  reincorpora  a su  tierra;  6  los  restantes acuden  a  César
          y,  en  compañía  de  ellos,  le  es  llevado  prisionero  a  Lucio
           Pupio, 7  centurión primipilo, 8  que con  anterioridad había
           desempeñado ese mismo cargo  en el ejército de Cneo  Pom­
           peyo. 9      5  César,  entonces,  encomia  a  los  soldados  de
           Attio,  deja  en libertad a  Pupio, y  da las gracias  a  los  au-
           ximates, prometiéndoles  que  habrá  de  tener  en  cuenta  su
           comportamiento.10


              XIV.        1  Habiendo  llegado a  Roma noticia  de lo  refe­
           rido,  la  sobrecogió,  de  súbito,  tal  pánico  que  el  cónsul
           Léntulo,  al  acudir  al  edificio  del  tesoro  público 1  con  el
           objeto  de  extraer  de  él,  en  cumplimiento  de  un  decreto
           senatorial, dinero para Pompeyo,2  no bien abrió el depósito


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