Page 14 - Guerra civil
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INTRODUCCIÓN
Naturalmente, los adeptos de la libertos, pese a las vir
tudes cívicas y a la integridad ética con que trató de
exornarlos la propaganda oficial de su tiempo, y con que
a través de los siglos se ha empeñado y aún porfía en
disfrazarlos la posteridad historiográfica tradicional —ma
lévola e ignara donde no comprometida—; pese a que sus
pretendidas perfecciones públicas y privadas se han decan
tado y divulgado tanto que han llegado a convertirse en
estereotípicos lugares comunes de la mala retórica; pese a
su lírica gloria de héroes impolutos y grandes patriotas;
en realidad no fueron ni podían ser otra cosa, dada su torpe
ceguera política, que la simbólica personificación del más
estulto egoísmo clasista, resultando su fama reputación de
máscara: enemigos rabiosos del progreso y la civilización,
esclavistas empedernidos en el crimen de lesa humanidad
que fue aquel régimen, infames corruptores de la conciencia
y la dignidad cívicas de sus conciudadanos, tercos adver-
" sarios de toda innovación, de todo cambio: tales fueron y
no otros los adictos con que contó en su apoyo la ideología
política de la libertad senatorial.
Cuyos dirigentes, por'cierto, abrumados por una degra
dación endémica progresiva, fueron tornándose cada vez
más abyectos en su vida íntima y más ineptos en su vida
pública, hasta llegar al grado de manifestarse material
mente incapaces, no ya de seguir sosteniendo dignamente
las riendas del gobierno que la constitución tradicional
depositaba en sus manos, sino ni siquiera de seguir alen
tando la menor energía ni de dar el menor paso firme en
política, habiendo concluido por perder hasta el recuerdo
de aquella antigua fortaleza que atribuyeron a sus ances
tros y que mecánicamente seguían adjudicándose y pro-
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