Page 209 - Guerra civil
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GUERRA  CIVIL  I


           3  Así,  el  comportamiento  de  todos  los  grupos  se  había
           inclinado  por  la  misericordia.  Pero  los  propios  generales
           enemigos  habían  renegado  de  la paz;  ellos  no  habían  que­
           rido  observar  las  normas  del  diálogo ni de los  armisticios,
           y  habían  hecho  morir,  del  modo  más  cruel,  a  personas
           desprevenidas  y  desorientadas  por  los  parlamentos. 4
           4  Les  había  sucedido  a  los  jefes  enemigos  lo  que  suele  a
           menudo  acontecer  a  gentes  de  contumacia  e  insolencia
           extremas,  o  sea,  que  se arrepientan y  soliciten,  con la  ma­
           yor  insistencia  lo  que  poco  antes  habían  menospreciado. 5
           5  Pero  él  no va  ahora a pretender  de  la postración  de los
           jefes  contrarios  ni  de la  oportunidad  de la-coyuntura exi­
           gencias que incrementen su personal provecho; mas sí quie­
           re  licenciar a los  ejércitos  que  han  sido  sustentados  en  su
           contra,  durante ya  tantos  años. 6  6  En  efecto, por ningún
           otro motivo  han  sido enviadas  a  Hispania  seis  legiones  ni
           reclutado una  séptima 7  en dicho país,  ni organizadas tan­
           tas y tantas armadas,8 ni hecho viajar a generales expertos
           en la ciencia militar. 9         7  Nada de eso ha sido consumado
           para pacificar  a  las  Hispanias,  nada  para  ventaja  de  una
           provincia que, gracias a la prolongación en ella de la paz,10
           no  deseaba  ninguna  asistencia  bélica.                 8  Todas  esas
           provincias  han  sido  proyectadas  contra  él  mismo,  desde
           haóe  ya mucho  tiempo;  11  contra  él  han  sido  implantadas
           comandancias  de  una  nueva  especie  para  que  una  misma
           persona  gobierne  los  asuntos  a  las  puertas  de  la  capital
           y  al  mismo  tiempo  administre,  desde  allí,  ausente,  por
           tantos años, las dos provincias más agresivas.12                   9  Con­
           tra  él  han  sido  deformadas  las  normas  sobre  los  magis­
           trados, 18  a  fin  de que no hayan  sido enviadas  a  gobernar

           las  provincias personas  que  hubieran  desempeñado la  pre­
           tura  y  el consulado  previamente,  según  siempre  se  había
           hecho,14  sino  los  consentidos  y  favoritos  de  unos  cuan­
           tos;  contra él  no  se  ha  dado ningún valor  al  impedimento
           de la edad,  cuando personas probadas en guerras anteriores
           han  sido  vueltas  a  llamar  para  comandar  ejércitos;  15
            10 contra  él  sólo  no  ha  prevalecido  lo  que  siempre  había


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